Hay un lugar en el Mar Caribe en el que los cerdos nadan libres.
Ajenos a la preocupación de convertirse en embutidos, los cerdos nadadores de la isla Big Major Cay -pequeño callo de las Bahamas mejor conocido, naturalmente, como la Isla de los Cerdos– se acercan chapoteando a los yates que fondean en las cristalinas aguas.
Son la delicia de los navegantes y deben dejar perplejos a delfines, cangrejos y miembros de la comunidad marina en general.
En la Isla de los Cerdos (Pig Beach o Pig Island, dependiendo de la fuente) habitan unos 20 cerdos, algunos gatos, unas pocas cabras y ningún humano.
Todos han podido sobrevivir gracias a que la isla goza de tres manantiales de agua dulce y a la solidaridad de los turistas que pasan por allí y les dejan comida.
Además, la pequeña isla está protegida por las más de 360 islas que conforman los Cayos Exuma.
Su ubicación exacta, ilocalizable en Google Maps, está entre el Cayo Fowl y el Cayo Staniel.
Cómo llegaron los cerdos a convertirse en los reyes de este pequeña isla es un misterio.
La más plausible de las teorías es que los cerdos pioneros fueron dejados allí por navegantes que pretendían tener una fuente de alimentación.
Sin embargo, estos navegantes nunca volvieron y los cerdos prosperaron.
Cómo aprendieron a nadar es más fácil de explicar: los cerdos, inteligentes como son, tuvieron el incentivo de acercarse a los barcos.
Por comida y por compañía, porque ver las mismas caras a diario debe ser agobiante.
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