De acuerdo con un análisis publicado realizado por Florian Altermatt, ecologista de la Universidad de California, y publicado en la resvista Proceedings of the Royal Society, a medida que Europa Central se ha calentado desde 1980, algunas especies de mariposas y polillas se produjeron una generación extra durante el verano pasado, por primera vez desde que se tiene registro.
Sólo un tercio de todas las especies incluidas en el análisis mostraron la capacidad de criar más de una vez al año, así que Altermatt cree que lo que el calentamiento global está provocando es que los insectos abandonen su forma de hibernación más pronto de lo normal.
Este pronto comienzo del ciclo de la vida puede dar tiempo a que se produzca una nueva generación antes de que el otoño anuncie el comienzo de un nuevo periodo de hibernación.
Desde un punto de vista de las plagas, esta capacidad de reproducción extraordinaria tiene evidentemente mucha importancia.
Un biólogo de la Estación Norteña del Servicio de Investigación Forestal de Estados Unidos, quien ha estudiado el surgimiento de una generación extra debido al calor en la polilla de la uva, una plaga común en Norteamérica, señala los problemas que esto implica para los agricultores, por ejemplo.
Una generación extra de insectos también tiene consecuencias medioambientales.
Podría, por ejemplo, aumentar la población de los depredadores que se alimentan de insectos, al tener más alimento disponible, y así hacer más difícil la vida para las otras especies.
Pero también podría ser una ayuda para aumentar la población de las especies de insectos en peligro de extinción.
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