En Malasia, defensores de los derechos de los animales han acusado al laboratorio Progenix Reasearch de usar monos, perros, roedores y conejos para hacer pruebas toxicológicas que implican el envenenamiento de los animales.
Si se comprueba la veracidad de estas acusaciones, el gobierno malayo cerraría el laboratorio, que tiene financiamiento británico.
Experimentar con animales en Europa implica un gran riesgo -o eso queremos creer- para los laboratorios.
La opinión pública y los grupos de presión defensores de los derechos de los animales suelen movilizarse rápida y contundentemente, la experimentación con animales se ha convertido en una de las prácticas más rechazadas.
El jefe de los servicios veterinarios ha advertido a AFP que las leyes de bienestar animal en Malasia no son tan estrictas como las de los países desarrollados.
El mes pasado trascendió que un líder local había dicho que los animales habían sido creados por dios para ser usados por los hombres.
Sin embargo, el funcionario defiende que tampoco son tan laxas como para permitir la crueldad.
Las compañías de investigación deben usar cultivo de tejidos y no animales vivos para probar los productos.
Desde el Reino Unido -el laboratorio es gestionado por la compañía con sede en ese país Alpha Biologics- la actividad del laboratorio ya ha sido condenada por la Unión Británica para la Abolición de la Vivisección.
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