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Alwin Seifert, gurú de la jardinería orgánica alemana del siglo XX, pudo haber desarrollado sus técnicas en el campo de concentración de Dachau

¿Cómo tratar una noticia cuando algo que se quiere compartir coincide con algo de lo que es muy delicado hablar? Es lo primero que me he preguntado cuando he leído la siguiente noticia en el diario inglés The Times: Alwin Seifert, referencia de la jardinería orgánica en Alemania, puede haber obtenido sus ideas a partir de la observación de los jardines experimentales que existieron en el suelo de los alrededores del campo de concentración alemán de Dachau.

Los jardines de Dachau fueron establecidos por orden de Heinrich Himmler, señor de la Gestapo y uno de los hombres más importantes en la seguridad de la Alemania Nazi.
Él, que entre otras cosas, supervisó los campos de concentración, se encargó de que los prisioneros de Dachau mantuviesen florecientes 211 hectáreas de tierra.

Se suponía que este complejo debía resolver algunos enigmas, como por qué las patatas se había vuelto tan vulnerables a las plagas, así como construir una base más o menos científica para un modelo de vida biológico-dinámico.

Revisando su biografía, parece muy probable que Seifert, autor de Gärtnern, Ackern-ohne Gift, (Jardinería, trabajar el suelo sin veneno), un libro de consejos sobre jardinería orgánica ampliamente conocido, haya desarrollado sus técnicas de jardinería en un lugar controlado por los nazis.
Fue Reichslandschaftsanwalt, defensor del paisajismo del Tercer Reich, y persuadió a los constructores de las líneas férreas de la Alemania nacionalsocialista para que éstas seguieran los contornos naturales de la campiña.
La historiadora Daniella Seidl, que ha estado investigando en los archivos federales de Baviera, se pregunta cuánto de la información que hay en su libro deriva de la investigación que se realizó en Dachau.
Seifert era un visitante regular de los archivos.
Algunas de las ideas que se aplicaron en los jardines de Dachau fueron ciertamente adoptadas por él para su propiojardín en el Tirol.
El cultivo de hierbas para uso medicinal, la extracción de vitaminas, la fermentación de las moras y las hojas de frambuesa utilizadas para el té alemán, fueron algunos de los experimentos estudiados durante el nacionalsocialismo para reducir la dependencia de las importaciones.
Los botánicos del Tercer Reicht incluso intentaron la creación de un pimiento alemán.
Por no decir que el tema de los cultivos se convirtió también en estrategia militar: los gladiolos se cultivaron en grandes cantidades por su vitamina C.
Sus hojas secas y pulverizadas se mezclaban con especias, grasa y carne creando un suplemento alimenticio para los soldados de la SS.
Seifert se unió al partido nazi en 1937.
Se convirtió en profesor en la Universidad Técnica de Munich, y fue un pionero en la conservación de la naturaleza y antes de su muerte en 1972 influyó en toda una generación de planificadores de huertos orgánicos en Alemania y Europa.
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