En un artículo publicado en la prestigiosa revista médica Lancet, doctores del Hospital Toranomon de Tokio y de la Fundación Japonesa para la Investigación del Cáncer recomiendan a las autoridades japonesas tomar muestras de sangre de las personas que están trabajando dentro de la planta nuclear de Fukushima, como medida preventiva en caso de que sean expuestas a niveles tan altos de radiación que necesiten un transplante de células madre.
De acuerdo con Reuters, los doctores señalan que equipos de transplantes están listos, tanto en Japón como en Europa, para recoger y almacenar células de los trabajadores de la planta nuclear, pero la Comisión de Seguridad Nuclear de Japón está renuente a proceder con la toma de muestras porque considera que sería una carga física y psicológica muy pesada para los trabajadores.
Sin embargo, se trata de una medida preventiva muy ventajosa en caso de que fuese necesario realizar un transplante.
Cuando son usadas células madre de la propia persona, ésta no tiene que tomar drogas para suprimir su sistema inmune y las funciones corporales normales se recuperan rápidamente.
Sería la mejor opción incluso en el peor de los escenarios futuros: que alguno de los trabajadores desarrollase leucemia debido a la exposición a la radiación.
La mejor, pero no por eso perfecta.
El transplante de células madre no es efectivo en el tratamiento de otras enfermedades relacionadas con la exposición a la radiación, como las que pueden desarrollarse en la garganta o la piel.
Vía
