Si tienes casa y apechugas con su mantenimiento, quizás haya lugares que siempre se te queden sin limpiar, por ir con prisas o porque están tan escondidos que ni siquiera has reparado en su existencia.
La limpieza de mantenimiento, más superficial que la profunda, es más llevadera en estos tiempos que corren, pero nuestra salud puede pagar un precio por ello.
Dejar crecer nidos de polvo en lugares poco visibles puede acabar resultando un almacén de tóxica polución para nuestro hogar.
Debajo de la cama es uno de esos puntos negros que deberíamos revisar y limpiar, sobre todo si tenemos cajas o cosas almacenadas.
Hacerlo mejorará la atmósfera de la casa y beneficiará a las personas con problemas respiratorios.
Las persianas son otro elemento de la casa que fácilmente pasamos por alto.
Y, en este caso, lo recomendable es empezar cuanto antes, y no dejar pasar demasiado tiempo entre limpiezas, pues cuando cambian su color de pura mugre resultan mucho más difíciles de limpiar.
Otro tanto ocurre con la cortina del baño.
Si no acostumbramos a dejarla corrida después de la ducha y a lavarla de vez en cuando, el moho se apoderará del tejido y eliminarlo será una dura batalla difícil de ganar.
Más lugares recónditos: detrás de la nevera y, en general, de los electrodomésticos de la cocina, muebles, debajo de la estufa en las esquinas del techo… ¿Y a ti, se te ocurren más sitios?Vía
