Si por fin has decidido diseñar tu propia página Web y publicarla en Internet, deberías realizar tests periódicos para confirmar que sigue cumpliendo con los estándares comunes, permisos de accesibilidad, velocidad de conexión de la Web y compatibilidad con múltiples plataformas.
Puede que tu página Web sea la más bonita del mundo, pero si es lenta y da errores frecuentemente, estás perdiendo visitantes continuamente, y puede que incluso clientes. Una forma muy sencilla de evaluar la velocidad de tu página Web en la peor de las condiciones es acceder a ella desde el ordenador más primitivo y lento que puedas encontrar en la faz de la Tierra.
Encuentra una máquina con la conexión a Internet más barata de la Historia y pon tu Web a prueba. Cómo ya sabes, cuantas menos imágenes y animaciones tenga tu página, más accesible será para todo el mundo. Si vives en un lugar “demasiado” civilizado, es probable que no sea precisamente fácil acceder a un ordenador tan lento, así que puedes utilizar una herramienta de testeo de velocidad como iWebTool. Está aplicación es capaz de medir hasta 10 dominios diferentes a la vez. Otra opción es Pingdom, este programa tiene un método de testeo que examinará la totalidad de la página Web, y te informará de el tiempo requerido para la carga de cada elemento de su contenido, ¡incluidas las imágenes! Así podrás saber si vale la pena eliminar alguna imagen que resulte demasiado “pesada”. Aunque todas las opciones que hemos visto son buenas, si tienes tiempo no te conformes con probar sólo una de ellas. Compara los resultados de ambos programas sobre la velocidad de conexión de tu página Web, y así estarás realmente seguro de los cambios más adecuados. Fotografía
