El pontífice fue recibido con entusiasmo en su primera salida pública tras su elección.
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Una visita histórica al santuario agustino
El pasado sábado, el papa León XIV realizó su primera salida pública desde su elección como líder de la Iglesia Católica, visitando el santuario agustino de la Virgen del Buen Consejo en Genazzano, cerca de Roma.
Este evento marcó un momento significativo no solo para el nuevo pontífice, sino también para los cientos de fieles que se congregaron para darle la bienvenida. La llegada del papa fue recibida con una ovación entusiasta, reflejando la alegría y el fervor de la comunidad católica en este nuevo capítulo de la historia de la Iglesia.
Un encuentro con la tradición y la devoción
Según informes del Vaticano, el papa llegó al santuario poco después de las horas locales para llevar a cabo una «visita privada». Este lugar sagrado, que es administrado por la Orden de San Agustín, alberga una venerada imagen de la Virgen, que tiene un significado especial tanto para la orden como para la memoria de León XIII. Durante su visita, el papa se detuvo a rezar, primero ante el altar y luego frente a la imagen de la Virgen, donde recitó la oración de Juan Pablo II a la Madre del Buen Consejo, un gesto que subraya su conexión con la tradición católica.
Palabras de esperanza y unidad
En un emotivo discurso, León XIV se dirigió a los presentes, expresando su deseo de estar en el santuario en los primeros días de su ministerio. Recordó su anterior visita como Prior General de la Orden de San Agustín y reafirmó su compromiso con la misión de la Iglesia. Citando las palabras de María en las bodas de Caná, el papa instó a los fieles a seguir la guía divina: «Haced lo que Él os diga». Este mensaje de confianza y unidad resuena profundamente en la comunidad católica, especialmente en tiempos de desafíos y cambios.
Un legado que continúa
La visita de León XIV al santuario no solo fue un acto simbólico, sino también un recordatorio del legado de los papas anteriores que han buscado fortalecer la fe y la comunidad. Los fieles que tuvieron la oportunidad de ver al papa se mostraron emocionados, destacando la importancia de este encuentro en un lugar tan significativo. La comunidad de Genazzano, ubicada en la pintoresca zona de los Castillos Romanos, ha sido un punto de referencia para muchos líderes de la Iglesia, y la presencia del papa reafirma su relevancia en la vida espiritual de los católicos.
