Los recientes ataques aéreos en Gaza han dejado un saldo devastador de víctimas y destrucción.

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La devastación en la Franja de Gaza
La reciente escalada de violencia en la Franja de Gaza ha llevado a una crisis humanitaria sin precedentes. Al menos 34 personas han perdido la vida y más de 120 han resultado heridas tras los ataques aéreos israelíes que se centraron en las tiendas de campaña de Mawasi, una zona que había sido considerada «segura» hasta la ruptura de la tregua.
Este ataque ha dejado a cientos de miles de personas en condiciones precarias, hacinadas y sin acceso a servicios básicos.
Impacto en la infraestructura de salud
El Hospital Kuwatí de Mawasi, que se encuentra cerca de las áreas afectadas, ha tenido que suspender sus servicios quirúrgicos debido a los graves daños sufridos durante el ataque.
La situación en el hospital es crítica, ya que no solo se han visto afectados los servicios médicos, sino que también se ha incrementado la demanda de atención médica por las numerosas víctimas de los bombardeos. La comunidad internacional observa con preocupación cómo la infraestructura de salud en Gaza se desmorona bajo la presión de los ataques continuos.
Reacciones internacionales y negociaciones
La ofensiva militar, denominada Operación Carros de Gedeón, ha sido justificada por el gobierno israelí como una medida necesaria para presionar a Hamás a liberar a los rehenes. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha ordenado a un equipo negociador permanecer en Catar para mantener conversaciones indirectas con el grupo militante. Sin embargo, la comunidad internacional ha expresado su preocupación por el aumento de la violencia y la falta de un alto el fuego que permita la llegada de ayuda humanitaria a Gaza.
La situación de los rehenes y la respuesta del ejército israelí
El ejército israelí ha declarado que no cesará sus operaciones hasta que los rehenes sean devueltos y Hamás sea desmantelado. Se estima que al menos 23 rehenes permanecen con vida en Gaza, lo que ha generado un clima de tensión y urgencia. La situación es aún más alarmante dado que más de 150 personas han muerto en ataques israelíes en las últimas 24 horas, lo que eleva el total de muertes a más de 3.000 desde que se rompió el alto el fuego en marzo.