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Conflicto por la titulación de Medicina en Galicia: implicaciones y realidades

Un examen detallado del conflicto por la titulación de Medicina en Galicia, las instituciones involucradas y sus repercusiones.

La reciente controversia sobre la titulación de Medicina en Galicia ha encendido un debate que va más allá de cifras y convenios. En este escenario, la Universidad de Santiago (USC) se aferra a su legado, mientras que las universidades de A Coruña y Vigo buscan hacerse un espacio en un terreno que históricamente les ha sido esquivo.

La Xunta, al firmar un nuevo convenio con el Servicio Galego de Saúde (Sergas), ha puesto de manifiesto las tensiones existentes entre estas instituciones, provocando una serie de reacciones que merecen un análisis crítico.

Desmontando el ruido: ¿realmente hay un avance en la descentralización?

Cuando hablamos de la descentralización del grado de Medicina, es esencial preguntarnos: ¿los movimientos actuales representan un cambio real o son simplemente una forma de perpetuar el statu quo? El reciente convenio entre el Sergas y la USC, que asigna la gestión de los hospitales y centros sanitarios de Galicia a esta universidad, ha sido interpretado por muchos como un intento de consolidar su poder en la enseñanza médica. Sin embargo, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, minimiza su impacto, asegurando que no implica un cambio significativo.

La realidad, sin embargo, es más compleja. La decisión de adscribir todos los hospitales a la USC podría verse como un freno a las aspiraciones de la Universidad de A Coruña (UDC) y la Universidad de Vigo (UVigo), que han manifestado su intención de ofrecer el grado de Medicina. Este panorama nos lleva a cuestionar la verdadera intención detrás de este convenio: ¿se trata de una estrategia para fortalecer la educación médica en Galicia o de un movimiento defensivo para proteger los intereses de una sola institución?

Los números detrás del conflicto: ¿qué dicen los datos?

Es fácil dejarse llevar por las narrativas emocionales que rodean este conflicto, pero los datos son los que realmente hablan. La UDC ha denunciado que el nuevo convenio se estableció sin diálogo previo en el grupo de trabajo encargado de discutir la descentralización del grado de Medicina. Esto plantea serias dudas sobre la transparencia del proceso y la voluntad de las instituciones de colaborar en beneficio de los estudiantes.

Analizando las cifras, el número de estudiantes de Medicina en la USC ha ido en aumento, pero muchos de ellos realizan prácticas en centros de salud de otras ciudades. Sin embargo, el churn rate de estudiantes que optan por cursos en otras universidades podría ser una señal de alerta. Si la USC no logra adaptarse a las demandas del mercado y de los estudiantes, podría ver un aumento en la tasa de deserción, lo que afectaría su LTV (valor de vida del cliente) y, en última instancia, su viabilidad a largo plazo.

Lecciones de la experiencia: ¿qué pueden aprender las universidades gallegas?

Desde mi experiencia en el sector de startups, he visto demasiados esfuerzos fallidos en la búsqueda de un product-market fit. Las universidades, al igual que las empresas, deben adaptarse constantemente a un entorno en evolución. La guerra por la titulación de Medicina en Galicia debe ser vista como una oportunidad para que cada institución reevalúe su propuesta de valor y busque maneras de colaborar en lugar de competir destructivamente.

Las lecciones aprendidas de este conflicto podrían ayudar a las universidades a entender que la verdadera fortaleza no proviene de monopolizar títulos, sino de construir una red de colaboración que beneficie a todos los actores involucrados. La descentralización del grado de Medicina no solo debería ser una aspiración, sino una estrategia que fomente un ecosistema educativo más robusto en Galicia.

Conclusiones y acciones recomendadas

El conflicto por la titulación de Medicina en Galicia es un microcosmos de las luchas más amplias que enfrentan las instituciones educativas en un mundo cada vez más interconectado. En lugar de ver esta situación como un obstáculo, las universidades deberían abordarla como una oportunidad para innovar y mejorar su oferta educativa.

Algunas acciones recomendadas incluyen establecer diálogos más abiertos entre las universidades y el Sergas, considerar la creación de programas conjuntos que integren recursos y capacidades, y fomentar la investigación colaborativa entre las instituciones. Al final del día, el objetivo debe ser preparar a los mejores profesionales de la salud para el futuro, y eso solo se logrará si todos los actores trabajan juntos hacia un objetivo común.


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