Un viaje a través de la historia de El Capricho, revelando su evolución y los secretos que esconde.

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Alfredo Cobo recuerda vívidamente el momento que transformó su relación con El Capricho: una travesura infantil que lo llevó a descubrir un lugar casi olvidado. ¿Quién no ha tenido esa curiosidad que lo empuja a explorar lo desconocido? Lo que comenzó como un simple capricho se ha convertido en una profunda investigación sobre la historia de un jardín que ha resistido la prueba del tiempo.
En un mundo donde muchos se dejan llevar por las modas, Cobo ha encontrado en la historia un camino hacia la comprensión del legado cultural que este espacio ofrece.
La evolución del jardín: más que un simple parque
La historia de El Capricho es mucho más que la de un simple parque. Fundado en 1779, su diseño inicial fue de inspiración francesa, pero con el paso del tiempo ha evolucionado hacia un estilo inglés y ha incorporado elementos exóticos. Cobo describe con pasión cómo este jardín ha sido testigo de los últimos dos siglos y medio de la historia de España. ¿Sabías que durante la guerra de la Independencia, el ejército napoleónico lo ocupó? Y más tarde, en la Guerra Civil, se convirtió en el cuartel general del ejército republicano. Estos eventos históricos han dejado una huella indeleble en el jardín, que aún conserva vestigios de su pasado, como el búnker que ahora se puede visitar.
El acceso a El Capricho ha sido limitado a lo largo de su historia, lo que ha contribuido a preservar su integridad. Cada renovación y restauración ha traído consigo cambios que han transformado el paisaje. Cobo ha documentado estas transformaciones con su cámara, creando así un archivo visual que enriquece su investigación. Los esfuerzos del Ayuntamiento por restaurar y mantener este jardín histórico han sido cruciales para su supervivencia, y la Escuela Taller ha jugado un papel importante en la recuperación de elementos arquitectónicos y paisajísticos.
Investigación y descubrimientos: un viaje personal
La investigación de Cobo comenzó de manera un tanto desordenada, pero su deseo de comprender la historia de El Capricho lo llevó a adoptar un enfoque más metódico. Localizó documentos antiguos, exploró archivos históricos y se sumergió en la búsqueda de información en línea. Este esfuerzo no solo le permitió descubrir planos fascinantes, sino también comprender la importancia cultural del jardín. A través del Archivo Histórico de la Nobleza, la Biblioteca Nacional y otros centros, Cobo ha podido reunir una gran cantidad de información que ha alimentado su proyecto.
Uno de los hallazgos más significativos fue el plano trazado por el ejército durante la Guerra Civil. Este tipo de descubrimientos no solo enriquece la narrativa histórica del lugar, sino que también proporciona una visión más amplia de su papel en la historia de España. Cobo destaca que, a pesar de los esfuerzos por transformar El Capricho en un centro de lujo o en un orfanato, su esencia ha logrado mantenerse intacta gracias a la visión de quienes han trabajado para su conservación.
Lecciones aprendidas y el valor del patrimonio
La historia de El Capricho nos recuerda la importancia de conservar nuestro patrimonio cultural. Cobo enfatiza que este jardín no es un simple parque; es un jardín histórico que ha sido un centro cultural y social de gran relevancia. La duquesa de Osuna, una figura clave en la historia del jardín, promovió el mecenazgo y estableció relaciones con artistas de renombre, convirtiendo El Capricho en un espacio de creatividad y cultura.
El valor de este jardín no solo radica en sus bellas construcciones, sino también en las historias que guarda. Cada uno de los “caprichos” que se distribuyen por el jardín, desde el Abejero hasta el laberinto, está diseñado para sorprender y deleitar al visitante. Sin embargo, la pérdida de algunas esculturas emblemáticas, como el famoso Laocoonte, pone de manifiesto la fragilidad del patrimonio y la necesidad de una mayor protección.
Al final, Cobo ha logrado sintetizar años de investigación en un libro que no solo es un inventario de hallazgos, sino también una celebración de la historia de El Capricho. Este trabajo es un testimonio de la riqueza cultural que se puede encontrar en lugares que muchos considerarían ordinarios. La historia de El Capricho es una invitación a explorar y valorar nuestro patrimonio, recordándonos que cada rincón puede contar una historia fascinante si estamos dispuestos a buscarla.