Celebra las ricas tradiciones de Torreblanca durante su romería anual en honor al Inmaculado Corazón de María.

Temas cubiertos
Cada mes de septiembre, la comunidad de Torreblanca en Sevilla se llena de vida con una celebración dedicada al Inmaculado Corazón de María. Este evento anual, conocido como romería, no solo refleja la devoción religiosa de los participantes, sino también el vibrante patrimonio cultural del barrio.
Familias, amigos y visitantes se reúnen para honrar esta ocasión, fomentando un sentido de unidad y alegría.
La romería se celebra el último domingo de septiembre, marcando un día significativo para los lugareños. El evento comienza con una hermosa procesión que presenta el simpecado, un estandarte decorativo que representa a la Virgen María, elegantemente exhibido en un carro tirado por bueyes.
Este carro, adornado con coloridas flores de papel, crea un espectáculo visual impresionante que atrae la atención de todos los presentes.
La procesión y su recorrido
La jornada comienza con una misa para los romeros, o peregrinos, dirigida por el coro local. A las 9:00 AM, la procesión parte de la Plaza del Corazón de María, dando inicio a un día repleto de devoción y festividad. El recorrido sigue una ruta cuidadosamente planificada, deteniéndose en varios puntos a lo largo de Torreblanca. Para las 10:00 AM, los peregrinos llegan a la Plaza de las Acacias, seguidos por la Glorieta de Torreblanca a las 11:45 AM y el Parque de Torreblanca poco después.
A medida que los participantes se dirigen hacia el Parque del Tamarguillo alrededor de las 2:10 PM, la procesión hace una pausa para rendir homenaje a la Hermandad de los Dolores en la parroquia de San Antonio. Esta parada incluye la recitación de una salve en el convento de las Hermanas de la Cruz, un momento que tiene un gran valor sentimental para la comunidad.
Un día lleno de tradición y camaradería
Las festividades no solo giran en torno a la procesión. El tiempo que se pasa en Eucaliptal, que dura hasta aproximadamente las 6:00 PM, ofrece una oportunidad para que los peregrinos socialicen y disfruten de la compañía mutua. Tras este descanso, el grupo inicia su camino de regreso, tomando una ruta diferente que culmina en su llegada de vuelta a la parroquia alrededor de las 11:00 PM. Un momento emotivo durante este regreso incluye una parada en la residencia de las Hermanas de Cristo Rey, donde se les rinde homenaje como las distinguidas cuidadoras del evento.
Aunque gran parte de la procesión transcurre en áreas urbanas, el breve paso por espacios verdes añade un toque refrescante al día. La atmósfera vibrante se ve realzada por la presencia de familias locales, muchas de las cuales tienen profundas conexiones con Torreblanca. Cada año, los residentes se reúnen para celebrar, como es el caso de Alberto Jiménez, una figura querida en la comunidad cuyo nombre da vida a una calle local. Alberto comparte cómo este día sirve como una reunión para amigos y familia, fortaleciendo los lazos que los unen a sus raíces.
La evolución de la devoción
La devoción al Inmaculado Corazón de María ha trascendido fronteras a lo largo de los años. Aunque originalmente provenía principalmente de los residentes de Torreblanca, la romería anual ahora atrae a participantes de áreas vecinas, enriqueciendo el espíritu colectivo del día. La hermandad local, liderada por Jairo Elías Cobo, desempeña un papel vital en la organización del evento, que se celebra desde 1958. A medida que la romería ha evolucionado, sus ubicaciones se han adaptado a las necesidades de la comunidad mientras se preserva su esencia.
Uno de los elementos más llamativos de la celebración es el atuendo tradicional que llevan los participantes. Las mujeres y niñas suelen vestir trajes de flamenca vibrantes, mientras que los hombres generalmente usan sombreros y pañuelos, contribuyendo a la atmósfera festiva. Esta exhibición colorida de vestimenta refleja el rico patrimonio cultural de la región y suma esplendor al evento.
La romería de Torreblanca dedicada al Inmaculado Corazón de María es mucho más que un evento religioso; es una celebración vibrante de comunidad, cultura y tradición. Con cada año que pasa, el evento sigue evolucionando, atrayendo a nuevos participantes mientras mantiene su conexión con el pasado. A medida que la comunidad se une para honrar sus raíces, también crean recuerdos perdurables que serán atesorados por generaciones venideras.