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La postura de Netanyahu sobre la independencia palestina en la Asamblea de la ONU

El discurso de Netanyahu en la ONU genera un intenso debate sobre la soberanía palestina y la seguridad de Israel.

Durante una reciente sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu ofreció un discurso contundente que subrayó la profunda división entre Israel y gran parte de la comunidad internacional. Sus declaraciones no solo condenaron el reconocimiento de un estado palestino, sino que también lo presentaron como una recompensa por la violencia contra los judíos.

Esta postura genera interrogantes sobre el futuro de las negociaciones de paz en la región.

En su extenso discurso de 39 minutos, Netanyahu afirmó: «Reconocer un estado palestino equivale a recompensar a los asesinos de judíos». Sus palabras estaban dirigidas a más de diez naciones occidentales que recientemente han reconocido la condición de estado palestino, sumándose a casi 150 países que lo hicieron anteriormente.

Este reconocimiento es visto por muchos como un camino hacia una resolución viable del conflicto en curso, aunque Netanyahu rechazó firmemente esta idea.

La desafío de Netanyahu ante la presión internacional

A lo largo de su intervención, Netanyahu expresó un compromiso decidido con la seguridad nacional de Israel, declarando: «No permitiremos el establecimiento de un estado terrorista a nuestro lado». Sus palabras estaban dirigidas a aquellos países occidentales, incluyendo importantes aliados como Francia y el Reino Unido, que han comenzado a apoyar la soberanía palestina. Criticó a estas naciones, alegando que estaban habilitando el terrorismo en lugar de fomentar la paz.

La retórica del Primer Ministro no solo fue combativa, sino también teatral. Utilizó una variedad de herramientas multimedia, incluyendo un código QR en su solapa que enlazaba a un video que mostraba horrendos incidentes atribuidos a Hamas durante los ataques del 7 de octubre de 2023 a Israel. Su estilo de presentación buscó captar la atención de los medios mientras ahogaba cualquier voz disidente dentro de la asamblea.

La ausencia de un diálogo de paz

A pesar de la intensa atmósfera en la ONU, se notó una ausencia notable de cualquier discusión sobre posibles negociaciones de paz. Netanyahu desestimó la idea de una solución de dos estados, insistiendo en que los palestinos no desean la coexistencia con Israel, sino que buscan un estado único para sí mismos. Enfatizó que los ataques del 7 de octubre fueron celebrados por una parte significativa de la población palestina, equiparando la demanda de un estado palestino a un escenario hipotético donde Al Qaeda hubiera sido reconocida tras el 11 de septiembre.

Sus comentarios fueron recibidos con palpable frustración por diversas facciones, ya que miles se congregaron frente a la sede de la ONU para protestar contra las acciones militares israelíes en Gaza. Los manifestantes corearon lemas pidiendo el fin del apoyo estadounidense a Israel y condenaron la percibida crisis humanitaria en Gaza.

Reacciones a las declaraciones de Netanyahu

Las afirmaciones contundentes de Netanyahu atrajeron críticas agudas, especialmente de naciones que han expresado preocupaciones sobre las operaciones militares de Israel. Él caracterizó sus puntos de vista como vergonzosos, afirmando: «Están recompensando a quienes perpetran la violencia contra los judíos». Sus palabras fueron un ataque directo a países como España, que han estado a la vanguardia de la defensa de los derechos palestinos.

Además, subrayó que la responsabilidad de la paz no recae en Israel, sino en los palestinos, a quienes acusó de perpetuar la violencia y el terror. Afirmó que los ataques del 7 de octubre resultaron en más de 1,200 muertes israelíes, mientras minimizaba el costo humanitario de la respuesta militar de Israel, que habría provocando decenas de miles de muertes palestinas.

Percepciones internacionales sobre las acciones de Israel

Las declaraciones de Netanyahu pintaron un panorama sombrío de la percepción internacional sobre las estrategias militares de Israel. Desestimó las alegaciones de genocidio y hambruna, argumentando que las Fuerzas de Defensa de Israel habían proporcionado advertencias y oportunidades para que los civiles en Gaza evacuaran antes de las operaciones militares. Provocativamente, afirmó: «¿Quién pide a las personas que se vayan si está ocurriendo un genocidio?», contrastando las acciones de Israel con las atrocidades históricas enfrentadas por los judíos.

Al concluir su discurso, Netanyahu dirigió sus comentarios hacia los aliados occidentales, desafiando su determinación para apoyar a Israel en medio de crecientes llamados a la rendición de cuentas y consideraciones humanitarias. Las narrativas contrastantes sobre las acciones militares de Israel y la situación palestina continúan alimentando un discurso complejo en la política global.


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