El aeropuerto de Lleida-Alguaire enfrenta importantes desafíos financieros, ya que lucha por cumplir con las expectativas operativas.

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En los últimos años, el aeropuerto de Lleida-Alguaire se ha convertido en un punto focal de debate sobre la gestión de la aviación regional en Cataluña. Con el objetivo estratégico de potenciar las capacidades del aeropuerto de El Prat, la Generalitat ha desarrollado un plan aeroportuario más amplio que incluye varias instalaciones, entre ellas Lleida-Alguaire.
Sin embargo, la viabilidad financiera de estos aeropuertos más pequeños genera inquietudes, ya que han acumulado pérdidas sustanciales a lo largo de los años.
De acuerdo con los últimos datos de 2023, el rendimiento financiero de Aeroports de Catalunya, el organismo encargado de gestionar estos aeropuertos, reveló un déficit asombroso que supera los dos millones de euros.
Esta cifra representa un aumento dramático en las pérdidas en comparación con el año anterior, ilustrando la presión financiera continua sobre estas instalaciones. El presupuesto total para ese año fue de 18.26 millones de euros, con ingresos operativos, incluidos diversos subsidios, alcanzando solo 8.37 millones de euros.
Perspectiva financiera de Lleida-Alguaire
A pesar de la creación de Lleida-Alguaire en 2010, tras una inversión de 95 millones de euros, las expectativas de tráfico de pasajeros no se han materializado. Originalmente, el objetivo era manejar alrededor de 400,000 pasajeros anuales, pero el aeropuerto ha tenido dificultades significativas para alcanzar esta meta. De hecho, los datos del último año muestran que solo 39,664 pasajeros utilizaron la instalación, aunque esto representa un modesto aumento del 27% con respecto al año anterior.
Impacto de los subsidios en las operaciones
Las pérdidas financieras acumuladas, que ascienden a casi 19 millones de euros desde 2014, plantean interrogantes sobre la sostenibilidad del aeropuerto. La Generalitat se ha visto obligada a inyectar fondos públicos sustanciales para mantener las operaciones. Los planes iniciales de privatización y externalización de la gestión han fracasado, lo que ha llevado a la Generalitat a tomar el control directo.
En comparación, el aeropuerto de Andorra-La Seu, que opera bajo un acuerdo de co-gestión con el gobierno andorrano, reportó un resultado más prometedor con 16,188 pasajeros en el último año. Esta cifra representa un notable aumento del 72% en comparación con el año anterior, destacando el potencial de crecimiento en la aviación regional.
Nuevas estrategias para el crecimiento
Ante los desafíos actuales, la Generalitat ha cambiado su enfoque hacia la diversificación de actividades en el aeropuerto de Lleida-Alguaire. Se está desarrollando una nueva plataforma industrial y tecnológica, destinada a fomentar la formación, la innovación tecnológica y el mantenimiento aeroespacial. Esta iniciativa incluye proyectos como el primer vertiport, integrado dentro de un aeropuerto comercial, diseñado para vehículos de despegue y aterrizaje vertical.
Proyectos innovadores en el aeropuerto
Entre las iniciativas destacadas se encuentra el proyecto de generación de hidrógeno, conocido como aeroh2ub, que busca promover soluciones energéticas verdes. Además, el aeropuerto alberga un nuevo campus y varios edificios de oficinas, junto con cuatro hangares operativos y planes para un quinto. Como parte de estos esfuerzos, la Generalitat planea modificar el plan especial del aeropuerto, con expectativas de aprobación para la primavera de 2026.
Asimismo, el aeropuerto de Andorra-La Seu también está experimentando expansiones, centradas en la aviación regional y de negocios. Actualmente, un acuerdo de colaboración permite al gobierno andorrano cubrir la mitad del déficit operativo mientras se desarrollan nuevas rutas de vuelo regionales.
Buscando un futuro sostenible
Las recurrentes dificultades financieras del aeropuerto de Lleida-Alguaire subrayan las complejidades de gestionar aeropuertos regionales dentro del panorama de aviación de Cataluña. Con un impacto económico potencial que alcanza los 37 millones de euros anuales—junto con la creación directa de empleo—estos aeropuertos son más que simples centros de transporte; son componentes vitales del desarrollo regional.
En última instancia, aunque la Generalitat reconoce que el presupuesto operativo abarca diversos proyectos estratégicos relacionados con la aviación sin un retorno directo de inversión, enfatiza la importancia de estas instalaciones para fomentar el crecimiento local. A medida que la situación evoluciona, el futuro de Lleida-Alguaire y otros aeropuertos regionales dependerá en gran medida de estrategias innovadoras y una gestión efectiva para revertir la tendencia de pérdidas y promover un desarrollo sostenible.