Las ambiciones de adquisición de BBVA se ven frustradas tras el rechazo de la oferta por parte de los accionistas de Sabadell.

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La reciente tentativa de BBVA por adquirir Sabadell ha llegado a un abrupto desenlace, al no lograr alcanzar el umbral mínimo de aceptación del 30%. Los resultados revelaron que BBVA obtuvo apenas el 25.33% de las acciones y el 25.47% de los derechos de voto, incluyendo acciones en tesorería, según confirmó la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el pasado jueves.
Este resultado representa un importante revés para BBVA, que buscaba ampliar su presencia en el sector bancario a través de esta fusión. La documentación de la CNMV dejó claro que la oferta pública no cumplió con los criterios necesarios para su validez, lo que la hizo ineficaz.
Como consecuencia, Sabadell ha logrado mantener su independencia, un objetivo que ha defendido con firmeza en los últimos 17 meses, en medio de la especulación financiera y la presión del mercado.
Implicaciones para BBVA y Sabadell
Los resultados decepcionantes de la oferta dejan a Carlos Torres, presidente de BBVA, en una posición precaria. Su búsqueda de esta adquisición comenzó en mayo de 2024, tras dos rechazados intentos de fusión con Sabadell, primero en 2020 y nuevamente en. Para Torres, este esfuerzo se había vuelto casi personal, enfrentando una fuerte oposición de diversos actores, incluidos organismos gubernamentales y destacados empresarios catalanes.
A pesar de aumentar la oferta en un 10% en el último momento, los esfuerzos de Torres no lograron el resultado esperado. Inicialmente, BBVA buscaba asegurar más del 50% del capital de Sabadell, pero luego modificó su estrategia, considerando aceptar una participación entre el 30% y el 50%. Sin embargo, la incapacidad de alcanzar este umbral mínimo conlleva que BBVA no podrá presentar una segunda oferta, y los marcos regulatorios impiden que intenten otra adquisición en el próximo año.
Reacciones del Mercado
La naturaleza inesperada de este resultado ha causado un impacto significativo en el mercado financiero. Muchos analistas e inversores habían anticipado que BBVA obtendría entre el 30% y el 50% de las acciones de Sabadell, lo que habría facilitado una fusión exitosa. Esta situación llevó a algunos inversores a tomar decisiones basadas en la expectativa de una oferta adicional que pudiera resultar beneficiosa. Fuentes dentro de BBVA han señalado que el fracaso se debe a una sensación de confusión relacionada con la posibilidad de una oferta de seguimiento.
Tras el anuncio del fracaso de la oferta, BBVA ha manifestado su intención de revitalizar rápidamente sus planes de remuneración a los accionistas. El banco había presentado anteriormente un ambicioso plan estratégico que prometía un retorno de €36 mil millones para 2028, junto con €13 mil millones a distribuir en el corto plazo. Además, BBVA se propone alcanzar un objetivo de retorno sobre el capital tangible (ROTE) del 22% en este periodo, lo que culminaría en un beneficio acumulado estimado de €48 mil millones.
La Resiliencia de Sabadell
Por otro lado, el liderazgo de Sabadell, representado por Josep Oliu y César González-Bueno, emerge de este episodio con una renovada fortaleza. Su afirmación de que Sabadell vale más como entidad independiente que la oferta presentada por BBVA ha sido validada. La valoración del banco se enmarcó en un intercambio de acciones propuesto de una acción de BBVA por cada 4.8376 acciones de Sabadell, totalizando aproximadamente 16.500 millones de euros.
A lo largo de este proceso, la dirección de Sabadell transmitió constantemente confianza en la probabilidad de que BBVA superara el umbral crítico del 30%. Este optimismo se atribuyó a la resistencia de los inversores minoristas y a la esperada segunda oferta que, finalmente, no se concretó.
Perspectivas Futuras para Sabadell
De cara al futuro, el Banco Sabadell deberá abordar las inquietudes de los inversores sobre su capacidad para mantener el rendimiento reciente y los retornos para los accionistas. Una decisión significativa fue la venta de su filial en el Reino Unido, TSB, al Banco Santander, lo que resultará en un abultado pago de dividendos de 2.500 millones de euros a sus accionistas. Sin embargo, esta medida también posiciona a Sabadell como una institución más pequeña, concentrando sus operaciones únicamente en España.
A medida que el panorama evoluciona, es posible que Sabadell sea percibido como un objetivo potencial para la adquisición por parte de bancos europeos más grandes. Aunque actualmente el banco es independiente, su situación lo coloca en una posición algo ambigua dentro del sector bancario, no se encuentra entre los tres principales como el Banco Santander, BBVA y CaixaBank, ni entre las entidades más pequeñas, anteriormente cajas de ahorro.
Nueva etapa para los bancos
A pesar de los contratiempos, la dirección de Sabadell se muestra optimista sobre el futuro del banco. González-Bueno sugiere que podría haber una consolidación amigable en el sector bancario español. Sin embargo, el tercer mayor accionista, David Martínez Guzmán, se encuentra bajo el escrutinio público debido a su respaldo a la oferta de BBVA, lo que contrasta con la decisión del consejo. Su futuro en el banco podría estar en riesgo si no se adapta a las dinámicas cambiantes del entorno.
Este desarrollo representa un capítulo significativo en las narrativas actuales de BBVA y Sabadell. Mientras BBVA debe reconsiderar su estrategia de crecimiento, Sabadell se aferra a su independencia y busca garantizar su estabilidad financiera en un panorama competitivo.