×

Entendiendo el sueño: el papel crucial de la melatonina y la vitamina B6

Explora la relación esencial entre la nutrición y la calidad del sueño.

Lograr un buen descanso nocturno no es solo un objetivo difícil de alcanzar; está estrechamente relacionado con la producción natural de melatonina en el cuerpo. Esta hormona desempeña un papel crucial en el control de nuestros ciclos de sueño y vigilia.

Recientes investigaciones revelan que ciertos nutrientes, especialmente una vitamina específica, son esenciales para mejorar la síntesis de melatonina, permitiéndonos disfrutar de un sueño más profundo y reparador.

Según el biólogo Ramón de Cangas, en un artículo publicado por la Academia Española de Nutrición y Dietética, la secreción de melatonina fluctúa con la exposición a la luz.

Aumenta en la oscuridad y disminuye con la luz del día. A medida que envejecemos, nuestros cuerpos tienden a producir menos melatonina, lo que genera complicaciones para dormir en muchos adultos. Esta disminución gradual es un factor clave por el cual las personas mayores pueden tener dificultades para conciliar el sueño y a menudo recurren a ajustes dietéticos para mejorar su descanso nocturno.

La importancia de la vitamina B6 en la calidad del sueño

La vitamina B6 juega un papel fundamental en el metabolismo del triptofano, un aminoácido que actúa como precursor tanto de la serotonina como de la melatonina. Asegurarse de contar con un suministro adecuado de esta vitamina en la dieta es esencial para la regulación efectiva de las hormonas del sueño y para mantener un ritmo circadiano equilibrado. Fuentes naturales ricas en vitamina B6 incluyen pollo, pescado, huevos, productos lácteos, nueces y granos enteros, todos recomendados por De Cangas por su contribución a la salud del sueño.

Envejecimiento y producción de melatonina

De Cangas señala que, a medida que la producción de melatonina disminuye con la edad, las estrategias dietéticas que incorporan melatonina o su precursor, el triptofano, pueden ser beneficiosas para mejorar la calidad del sueño en los adultos mayores. No obstante, advierte que alcanzar las dosis necesarias para notar un impacto significativo en el sueño a menudo requiere suplementación. Aunque los ajustes dietéticos pueden ser útiles, no deben reemplazar los tratamientos médicos ni abordar hábitos de sueño deficientes.

El impacto de los patrones de alimentación en el sueño

Además de consumir alimentos ricos en melatonina o triptofano, el momento y el patrón de las comidas son componentes críticos de la higiene del sueño. De Cangas sugiere que la cena debe realizarse al menos dos horas antes de acostarse, permitiendo que el cuerpo tenga tiempo suficiente para digerir. Acostarse con el estómago demasiado lleno puede provocar incomodidad y alterar la calidad del sueño. Asimismo, incorporar fuentes diarias de zinc, magnesio y ácidos grasos omega-3 puede ayudar a la relajación y promover la producción de serotonina, facilitando aún más el proceso de conciliar el sueño.

Factores externos que influyen en el sueño

También es importante considerar las influencias externas que pueden afectar nuestra capacidad para descansar. Por ejemplo, el uso de pantallas antes de dormir puede ser perjudicial. Los dispositivos móviles y las tabletas emiten luz azul, que puede engañar al cerebro haciéndole creer que es de día, manteniéndonos alertas y despiertos. Evitar el tiempo frente a la pantalla antes de dormir y establecer un horario regular de sueño son prácticas esenciales para lograr la calidad de sueño deseada.

En última instancia, aunque nuestras elecciones dietéticas juegan un papel significativo en la calidad del sueño, es fundamental reconocer la multitud de factores que contribuyen a noches reparadoras. Al ser conscientes de lo que comemos, el momento de nuestras comidas y nuestra exposición a la luz, podemos crear un entorno propicio para un sueño profundo y restaurador.


Contacto:

Lea También