Diciamoci la verità: la sostenibilità alimentare è spesso una facciata.

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La verdad incómoda sobre la sostenibilidad alimentaria
Diciéndonos la verdad: si hay algo que el marketing moderno ha logrado es vender sueños a los consumidores. La sostenibilidad alimentaria se ha convertido en el nuevo mantra, pero la realidad es menos politically correct.
¿Estamos realmente seguros de que nuestras elecciones alimentarias son tan sostenibles como nos hacen creer?
Datos que inquietan
Según un estudio del World Resources Institute, la producción de carne es responsable del 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Y, mientras nos cuentan que el futuro es vegano, el consumo de carne sigue creciendo en todo el mundo. En 2020, la producción global de carne alcanzó los 338 millones de toneladas, un aumento del 20% respecto al año 2000. Esto contradice la idea de que estamos avanzando hacia una alimentación más sostenible.
Una visión contracorriente
Sé que no es popular decirlo, pero no basta con etiquetar los productos como «ecológicos» para que sean sostenibles. Las industrias alimentarias continúan utilizando prácticas perjudiciales para el medio ambiente, y los consumidores son complacidos con publicidad engañosa. Nos han enseñado a creer que lo orgánico es la solución, pero el 40% de las tierras agrícolas orgánicas sigue sometido a prácticas de explotación intensiva.
Una realidad inquietante
El rey está desnudo, y se los digo yo: la sostenibilidad alimentaria es más una cuestión de marketing que de un verdadero compromiso. Si queremos cambiar las cosas, debemos ir más allá de las etiquetas y empezar a cuestionar qué hay realmente en nuestro plato.
Un llamado al pensamiento crítico
En lugar de aceptar pasivamente lo que nos dicen, invito a todos a dar un paso atrás y reflexionar. La sostenibilidad no es solo una moda: es una necesidad. Y para enfrentarla, debemos cuestionar las normas actuales y buscar la verdad detrás de las promesas atractivas.