Las terapias antienvejecimiento pueden tener un enfoque diferente al que comúnmente se percibe, según la destacada investigadora Verónica Rodilla.

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En los últimos años, una amplia gama de terapias antienvejecimiento ha emergido en diversas clínicas privadas, prometiendo resultados extraordinarios. Sin embargo, Verónica Rodilla, investigadora del Institut Josep Carreras, ha expresado su preocupación respecto a estas prácticas. En una reciente entrevista, Rodilla subrayó que, a pesar de las afirmaciones llamativas, no existe ninguna terapia celular antienvejecimiento aprobada por las autoridades sanitarias pertinentes.
La investigadora ha dedicado su carrera a estudiar cómo el envejecimiento celular afecta a nuestro organismo. Con el paso del tiempo, algunas células dejan de funcionar correctamente; aunque no mueren, tampoco se regeneran. Este fenómeno, conocido como senescencia celular, implica que las células acumulan sustancias inflamatorias que pueden deteriorar los tejidos del cuerpo.
Entendiendo la senescencia celular
La senescencia celular no es solo un proceso biológico; está vinculada a diversas patologías relacionadas con la edad, como enfermedades renales y hepáticas. Rodilla explica que el aumento de células senescentes se asocia con un incremento en la inflamación crónica, lo que puede contribuir a la aparición de enfermedades degenerativas. “El cúmulo de estas células puede ser un factor determinante en afecciones como la fibrosis”, afirma la investigadora.
El impacto de las células senescentes
Aunque las células senescentes no son cancerosas en sí mismas, su presencia puede influir negativamente en el entorno celular. Estas células secretan una variedad de factores proinflamatorios que, si están cerca de células tumorales, pueden facilitar su crecimiento. Así, la senescencia no desencadena el cáncer, pero puede crear un microambiente que favorezca su desarrollo.
La realidad de los tratamientos antienvejecimiento
En la última década, ha habido un auge del interés por los fármacos senolíticos, diseñados para eliminar las células senescentes del organismo. Sin embargo, la mayoría de estos tratamientos aún se encuentran en fases de investigación inicial. Según Rodilla, aunque algunos estudios de laboratorio han mostrado resultados esperanzadores, los ensayos clínicos en humanos no han logrado replicar esos hallazgos. “Muchos de estos fármacos no han superado las fases de pruebas debido a sus efectos adversos o falta de eficacia”, indica.
Investigaciones actuales
Actualmente, los científicos están explorando diferentes enfoques para tratar la senescencia celular. Algunos grupos de investigación intentan bloquear la capacidad de las células senescentes para liberar moléculas inflamatorias, en lugar de eliminar las células de forma directa. Sin embargo, la mayoría de estas estrategias aún están en fases experimentales y no han sido sometidas a ensayos clínicos concluyentes.
Un enfoque más saludable para el envejecimiento
Ante la falta de tratamientos efectivos, Rodilla insiste en la importancia de adoptar un enfoque más realista hacia el envejecimiento. La clave no radica en evitar el proceso de envejecimiento, sino en aprender a vivirlo de manera saludable. Para lograrlo, es fundamental mantener hábitos sanos como una dieta equilibrada, realizar ejercicio regularmente, asegurar un descanso adecuado y gestionar el estrés.
“La moderación en el estilo de vida es crucial; no hay una dieta universal que funcione para todos”, explica. Cada individuo tiene necesidades diferentes, influenciadas por factores genéticos y ambientales. Por eso, es esencial encontrar un equilibrio que funcione para cada persona en particular.
Mientras las clínicas privadas continúan promocionando terapias antienvejecimiento, la ciencia aún tiene un largo camino por recorrer. Rodilla concluye que el verdadero objetivo radica en mejorar la calidad de vida a medida que envejecemos, en lugar de buscar soluciones milagrosas que, hasta ahora, no han demostrado ser efectivas.