El biometano se destaca como una alternativa viable y sostenible en el ámbito energético, aunque enfrenta diversos desafíos en su implementación y adopción.

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En los últimos años, el interés por el biometano ha crecido notablemente, estableciéndose como una opción renovable prometedora. Este gas, que se obtiene a partir de residuos orgánicos, se considera una alternativa sostenible a los combustibles fósiles. Según Ricard Carreras Ubach, coordinador de la comisión del biogás en el Clúster de la Bioenergía de Catalunya, se espera un aumento significativo en la construcción de plantas de biometano en los próximos años.
Sin embargo, las proyecciones iniciales podrían ser optimistas debido a diversas restricciones.
Desarrollo del sector del biometano en Catalunya
El auge del biometano en Catalunya se remonta a aproximadamente cuatro años atrás, cuando se evidenció un creciente interés por parte de las empresas en invertir en esta tecnología.
Carreras Ubach estima que hay alrededor de un centenar de proyectos en curso en la región, con 35 de ellos en espera de aprobación por parte de la Generalitat. A pesar de esto, la burocracia y la oposición social son dos de los principales obstáculos que podrían afectar la materialización de estos proyectos.
Los procesos de aprobación para las plantas de biometano son notoriamente lentos, pudiendo extenderse entre dos y cuatro años. Aunque la Generalitat ha comenzado a implementar medidas para acelerar este trámite, la percepción negativa hacia la tecnología del biogás persiste. La falta de conocimiento sobre sus beneficios medioambientales contribuye a la resistencia de la población, como lo señala Xavier Flotats Ripoll, catedrático emérito de la Universitat Politècnica de Catalunya.
Perspectivas futuras y potencial de mercado
A pesar de los desafíos, el panorama para el biometano en España es alentador. Un informe de la Asociación Española del Gas (Sedigas), elaborado por PwC y Biovic, destaca a España como uno de los líderes en potencial de desarrollo de este gas renovable en la Unión Europea. En concreto, se estima que Catalunya podría albergar hasta 248 plantas de biometano, en contraste con las 16 actualmente en funcionamiento.
Iniciativas de biometano en Galicia
Un ejemplo reciente de los esfuerzos para desarrollar el sector es el proyecto LuGaz, que buscaba establecer una planta de biogás en Galicia mediante la transformación de estiércol y residuos agroalimentarios. A pesar de ser declarado estratégico por la Xunta de Galicia, la CEO del grupo Lence, Carmen Lence, anunció la cancelación del proyecto debido a las numerosas dificultades enfrentadas, incluyendo la oposición política y la falta de diálogo con la comunidad. Este caso resalta la importancia de la aceptación social y la comunicación efectiva en la implementación de tecnologías sostenibles.
La planta de biogás de LuGaz hubiera requerido una inversión de 7,5 millones de euros y se estimaba que podría gestionar alrededor de 55,000 toneladas de residuos al año, produciendo biogás y biofertilizantes. Sin embargo, la controversia que rodeó el proyecto demuestra que la percepción pública puede jugar un papel crucial en el avance de iniciativas sostenibles.
El futuro del biometano en España
Actualmente, la mayor parte de la producción de biometano en España se destina a la exportación, ya que en mercados europeos existe una mayor demanda debido a las políticas de reducción de la huella de carbono. En contraste, España carece de un mercado interno robusto para este combustible renovable. Flotats Ripoll enfatiza que, sin la presión regulatoria para reducir emisiones, el biometano se encuentra en desventaja frente a alternativas más económicas como el gas fósil.
El Reglamento de Biocombustibles publicado por el gobierno podría ser un catalizador para el sector, permitiendo una regulación más clara y la posibilidad de inyección de biometano en la red de gas natural. Guillermo Gómez Herrera, presidente del Consejo Nacional de Biogás (CNBiogás), destaca que este desarrollo no solo beneficiará la diversificación de la matriz energética, sino que también representa una oportunidad para reducir la cantidad de residuos orgánicos que se generan en el país.
Aunque el biometano enfrenta retos significativos en términos de burocracia y aceptación social, su potencial para contribuir a un futuro sostenible es innegable. La clave para su desarrollo radica en una mejor comunicación sobre sus beneficios y en la creación de un marco regulatorio que apoye su crecimiento.




