Irene Montero solicita a la ONU una revisión urgente de su postura sobre el Sáhara Occidental y denuncia las amenazas inaceptables de Estados Unidos.

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La reciente resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que renueva la misión de la organización en el Sáhara Occidental, ha generado un intenso debate. La eurodiputada de Podemos, Irene Montero, se ha manifestado en contra de esta decisión, argumentando que favorece un plan de autonomía que legitima la ocupación marroquí del territorio.
Durante una manifestación en Zaragoza, Montero enfatizó la necesidad de que la ONU rectifique su enfoque y escuche el clamor del pueblo saharaui por su derecho a la autodeterminación.
La intervención de Montero se produjo tras la aprobación de una resolución impulsada por Estados Unidos, que busca fomentar un diálogo entre el Frente Polisario y Marruecos.
Sin embargo, la eurodiputada sostiene que existe un trasfondo de presiones políticas que comprometen la soberanía del Sáhara.
Las implicaciones de la resolución de la ONU
La decisión del Consejo de Seguridad, que extiende el mandato de la Misión de la ONU para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO), ha sido interpretada de diversas maneras. Mientras que Estados Unidos ve en ella una oportunidad para avanzar hacia una solución duradera, países como Argelia han denunciado que se trata de una oportunidad perdida para un diálogo equitativo que considere las demandas del pueblo saharaui. Montero recordó que el plan marroquí, que propone una autonomía sin especificar su desarrollo, no puede imponerse sin el consentimiento del pueblo saharaui.
La influencia de EE.UU. en el conflicto
Montero no ha dudado en señalar que la postura de Estados Unidos representa una amenaza no solo para el Sáhara, sino para la comunidad internacional en su conjunto. Según sus palabras, EE.UU. busca legitimar la ocupación ilegal del Sáhara Occidental, de manera similar a su intervención en conflictos en Oriente Medio y América Latina. Esta crítica se enmarca en un contexto más amplio donde la eurodiputada considera necesario proteger a la humanidad de las acciones de potencias que históricamente han apoyado regímenes dictatoriales.
La respuesta de otros actores internacionales
La reciente resolución ha generado reacciones mixtas en el ámbito internacional. Mientras que algunos países apoyan la iniciativa marroquí, otros como Rusia y China han optado por la abstención, advirtiendo que el texto puede consolidar una posición desfavorable para el diálogo. El Frente Polisario, por su parte, ha dejado claro que no participará en un proceso que no respete el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui, instando a la comunidad internacional a reconsiderar su postura.
El papel histórico de España
El contexto histórico de España como antigua potencia colonizadora del Sáhara Occidental también ha sido un punto de discusión. La coalición de izquierda Sumar ha reiterado la responsabilidad de España en la situación actual y ha defendido que la única vía hacia una paz justa es el reconocimiento del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Este aspecto resuena con las preocupaciones de Montero, quien ha subrayado que el Sáhara debe ser para los saharauis y no para las decisiones impuestas desde el exterior.
La crítica al cambio de postura del gobierno español respecto al Sáhara se ha intensificado, evidenciando la fractura entre los aliados de gobierno y la oposición. Esta situación subraya la complejidad del conflicto y la necesidad de un enfoque más equilibrado que respete los derechos del pueblo saharaui, tal como estipula el derecho internacional.
La situación en el Sáhara Occidental sigue siendo un tema candente que requiere atención internacional. La voz de representantes como Irene Montero es crucial para mantener vivos los derechos y aspiraciones del pueblo saharaui, en un contexto donde las decisiones políticas a menudo parecen favorecer intereses geopolíticos por encima del derecho a la autodeterminación.




