Una joven pareja prueba que es posible vivir sin automóvil en un pintoresco pueblo de España.

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La vida en un pueblo pequeño, rodeado de naturaleza y en un ambiente de tranquilidad, puede parecer un sueño o un desafío. Sin embargo, una pareja ha decidido dejar atrás la vida urbana de Barcelona para establecerse en una aldea de apenas diez habitantes.
Su historia, que ha resonado en plataformas como TikTok, abre un debate sobre las oportunidades y limitaciones de la vida rural en España.
El relato de esta pareja, compartido a través de la cuenta @Repoblando, ha captado la atención de miles de internautas.
En sus videos, describen cómo se adaptan a una rutina alejada del bullicio y las prisas de la ciudad, disfrutando de la paz que ofrece el campo. Con un entorno lleno de montañas y aire fresco, sus días están marcados por una conexión profunda con la naturaleza, donde la simplicidad se convierte en un valor esencial.
Desafíos de vivir sin coche en un entorno rural
Uno de los aspectos más destacados de su experiencia es el desafío de vivir sin un vehículo propio. La pareja reconoce que esta elección conlleva ciertas limitaciones, especialmente en términos de movilidad. En uno de sus videos más populares, mencionan: “Si no haces las compras en el momento, podrías quedarte sin lo necesario hasta la próxima semana”. Este comentario refleja la realidad de depender de los proveedores locales que visitan la aldea semanalmente, como el carnicero, el frutero y el panadero.
La importancia de la comunidad
A pesar de las dificultades, la pareja se siente respaldada por una comunidad unida. La atención médica, que se ofrece una vez por semana, puede ser un desafío en situaciones de urgencia, pero destacan la dedicación del personal sanitario, que frecuentemente acude al pueblo incluso cuando no está programado. Esta cercanía se convierte en un pilar fundamental en su vida diaria, donde la conexión humana es más valiosa que la rapidez de los servicios urbanos.
Adaptación y alternativas de movilidad
Para superar las limitaciones de no contar con un coche, la pareja ha encontrado soluciones creativas. Realizan sus compras y recados en un pueblo vecino, situado a unos 5 kilómetros, utilizando bicicleta o simplemente caminando. Llevar una mochila es parte de su rutina, y se han adaptado a esta nueva forma de vida que les permite disfrutar del paisaje y del ejercicio físico. No obstante, este estilo de vida también implica renunciar a ciertas actividades sociales si no hay alguien que pueda llevarlos.
Los pros y contras de la vida rural
El contraste entre la vida en la ciudad y en el campo es evidente. Mientras que la ciudad ofrece una infraestructura robusta, la vida rural promueve una conexión más profunda con el entorno natural. La pareja comparte que la tranquilidad de su aldea les proporciona una calidad de vida que no experimentaban en la ciudad. Sin embargo, reconocen que la falta de algunas comodidades puede ser un obstáculo para quienes están acostumbrados a la vida urbana.
La experiencia de esta pareja en un pequeño pueblo español sin coche demuestra que, aunque existen obstáculos, es posible encontrar felicidad y satisfacción en una vida más sencilla. Con un enfoque en la comunidad, la naturaleza y la adaptación, han logrado mostrar que la vida rural es viable y enriquecedora. Su historia invita a otros a reconsiderar sus prioridades y a explorar lo que realmente significa vivir plenamente.




