El deslinde de Doñana genera un conflicto entre la Junta de Andalucía y los ecologistas en defensa de la conservación del humedal.

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Desde su declaración como Patrimonio de la Humanidad, Doñana ha estado en el centro de un intenso debate sobre su conservación. Recientemente, un acuerdo entre la Junta de Andalucía y el Gobierno central enfrenta nuevos desafíos, a medida que surgen inquietudes sobre un deslinde que podría alterar la clasificación de sus tierras.
Este panorama ha llevado a un choque entre las autoridades y las organizaciones ecologistas, que advierten sobre las posibles repercusiones para el ecosistema del humedal más relevante de la región.
El Ministerio de Transición Ecológica, bajo la dirección de Sara Aagesen, ha presentado un deslinde que redefine las marismas de Doñana, clasificándolas como mareales en lugar de pluvio-fluviales.
Esta propuesta ha suscitado críticas, especialmente de la organización WWF, que sostiene que tal cambio podría acarrear consecuencias devastadoras para la biodiversidad y el equilibrio ecológico del parque.
Reacciones a la propuesta del Gobierno
La propuesta de deslinde ha provocado un amplio descontento tanto entre los ecologistas como dentro de la propia Junta de Andalucía. En una reciente reunión del Consejo de Participación de Doñana, los miembros expresaron su preocupación sobre cómo esta recalificación podría comprometer la conservación de especies protegidas y sus hábitats. WWF ha señalado que la nueva clasificación contradice la evidencia científica que respalda a Doñana como un humedal de agua dulce.
Impacto de la recalificación en Doñana
Con el nuevo deslinde, aproximadamente el 56% de las propiedades gestionadas por la administración autónoma se verían afectadas. Esto implica que una gran parte de lo que se ha considerado marisma de agua dulce podría ser tratada como zona inundable por mar. Según WWF, esto podría facilitar la pérdida de los humedales actuales y poner en riesgo la fauna que depende de ellos, especialmente las aves migratorias que utilizan Doñana como un punto crítico en su ruta entre Europa y África.
Consecuencias administrativas y legales
El hecho de que el deslinde se haya publicado en el Boletín Oficial del Estado ha abierto un periodo de alegaciones, y la Junta de Andalucía ya ha manifestado su intención de participar. La consejera de Sostenibilidad, Catalina García, ha criticado la falta de consenso en la creación de esta propuesta, que se ha planteado sin el debido respeto a los informes de los expertos.
El viceconsejero de Sostenibilidad, Sergio Arjona, ha señalado que la tramitación del deslinde presenta fallos tanto técnicos como jurídicos. Las organizaciones ecologistas y algunas administraciones locales consideran que la decisión del Gobierno no solo es inapropiada, sino que también podría generar conflictos administrativos en la gestión del espacio, creando un clima de incertidumbre en torno a las responsabilidades y límites de conservación.
Perspectivas futuras para Doñana
WWF, en sus cartas dirigidas a la Unesco y a la Comisión Europea, ha solicitado que se reconsidere el deslinde propuesto, argumentando que este no solo representa un cambio administrativo, sino un cambio de paradigma en la gestión de un lugar vital para la biodiversidad. La organización ecologista ha subrayado la necesidad de que cualquier decisión que afecte a Doñana se base en el mejor conocimiento científico disponible, lo que implica la participación activa de las instituciones y la comunidad científica.
La situación actual es un recordatorio de la fragilidad de los ecosistemas y de la importancia de proteger espacios naturales como Doñana, que poseen un valor ecológico, cultural y social. A medida que se desarrollan los acontecimientos, se hace evidente que la lucha por la conservación de este humedal crucial continúa, con la esperanza de que se logren acuerdos que prioricen la salud del medio ambiente sobre intereses económicos.




