La naturaleza proporciona alimentos esenciales que son fundamentales para una vida saludable y equilibrada.

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En un contexto donde la alimentación ultraprocesada se ha convertido en una tendencia común, resulta esencial no perder de vista el valor de los alimentos frescos y naturales. El nutricionista y comunicador Pablo Ojeda subraya que la salud auténtica proviene de la naturaleza.
Advirtiendo sobre las consecuencias negativas de la dieta moderna, afirma: «La naturaleza te brinda salud, mientras que la industria alimentaria puede ocasionar inflamación». Esta perspectiva nos invita a reflexionar sobre nuestras elecciones alimenticias y su impacto en nuestro bienestar.
La brecha entre lo natural y lo industrial
El experto Ojeda destaca una discrepancia notable entre los productos naturales y aquellos elaborados industrialmente. Afirma que “la naturaleza siempre supo cómo hacerlo bien”, pero la intervención de la industria ha generado confusión en el consumidor. Muchos alimentos que consideramos saludables a menudo contienen azúcares añadidos, harinas refinadas y una variedad de conservantes que no aportan beneficios a nuestra salud. “Las grasas perjudiciales inflaman”, señala, enfatizando la necesidad de optar por alimentos auténticos como frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y aceite de oliva virgen extra.
Pequeños cambios para grandes resultados
El experto invita a su audiencia a adoptar transformaciones graduales hacia una alimentación más natural. “Incorpora un alimento natural al día y observa cómo reacciona tu cuerpo”, aconseja, convencido de que los beneficios se evidencian rápidamente. Su propuesta abarca mejoras en la digestión, reducción de la hinchazón, aumento de la energía y un mejor control de los niveles de azúcar en sangre. Según él, la clave para alcanzar un bienestar integral radica en retornar a las raíces de la alimentación y reducir el consumo de productos ultraprocesados.
El impacto de los azúcares en la salud
El experto Ojeda critica la tendencia de reemplazar el dulzor natural de las frutas por jarabes de glucosa y otros azúcares añadidos. Según señala, estos productos no solo son adictivos, sino que también pueden ser perjudiciales para la salud. “El grano original alimenta, mientras que el refinado crea adicción”, afirma, instando a los consumidores a redescubrir los beneficios de los alimentos integrales y sin refinar. La fructosa natural, presente en las frutas, se presenta como una alternativa mucho más saludable en comparación con los azúcares artificiales que saturan el mercado.
Consecuencias de los ultraprocesados en el organismo
Expertos en nutrición alertan sobre el impacto negativo que los alimentos ultraprocesados tienen en la microbiota intestinal, el metabolismo y el sistema inmunológico. La diferencia entre una proteína real y las mezclas de féculas y aditivos es significativa. La simplicidad de los productos naturales es lo que verdaderamente nutre al cuerpo. Los estudios científicos respaldan estas afirmaciones, mostrando que un consumo elevado de ultraprocesados se relaciona con un mayor riesgo de cáncer, obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.
Retorno a lo esencial en la alimentación
Para Ojeda, la idea de comer bien no debería ser vista como un sacrificio, sino como un regreso a lo esencial. «Alimentarse de manera limpia es volver a las raíces, es momento de dejar de lado las etiquetas», afirma con convicción. Su mensaje es claro: cuanto más conectados estemos con la tierra, más cerca estaremos de la verdadera salud. En sus publicaciones, repite frecuentemente que «la naturaleza ya tenía sabor, solo necesitaba ser cocinada».
Adoptar una dieta basada en alimentos naturales se traduce en bienestar físico y mental. Al elegir lo que la tierra nos ofrece, estamos invirtiendo en nuestra salud a largo plazo, dejando atrás los efectos nocivos de la comida procesada. Este enfoque no solo beneficia nuestro cuerpo, sino que también nos reconecta con el medio ambiente que nos rodea.




