García Ortiz afirma que no llevó a cabo ninguna filtración y respalda la autenticidad de su comunicado de prensa.

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En un escenario marcado por la controversia y la atención mediática, Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado, se presentó ante el Tribunal Supremo para aclarar su situación en un caso que ha capturado la atención de la opinión pública.
Enfrentándose a acusaciones de haber filtrado un correo del novio de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, García Ortiz defendió su inocencia y el contexto de sus acciones durante el juicio.
La situación gira en torno a la publicación de un correo electrónico en el que Alberto González Amador, pareja de Ayuso, admitía la posibilidad de dos delitos fiscales.
La defensa del fiscal general sostiene que su intervención se justificó por la necesidad de proteger la imagen de los fiscales involucrados en el caso.
La defensa de García Ortiz
Durante su declaración, el fiscal general negó rotundamente haber filtrado información, asegurando que la nota de prensa emitida el 14 de marzo tenía como único objetivo defender la integridad de la Fiscalía. “La verdad no se filtra, se defiende”, afirmó, rechazando cualquier insinuación de irregularidad en su conducta.
García Ortiz argumentó que el contenido de la nota de prensa era relevante y debía incluirse información que ya era de conocimiento público. “La nota habría quedado incompleta si no se mencionaban los hechos relacionados”, añadió, justificando así la inclusión de detalles del caso.
Reacciones a las acusaciones
En el transcurso del juicio, el fiscal general subrayó que el borrado de sus mensajes de WhatsApp y otros datos no fue un intento de ocultar información, sino una medida de seguridad. “Soy consciente de que los datos que almaceno afectan a terceros”, explicó, defendiendo la necesidad de proteger la privacidad de las personas involucradas.
García Ortiz también se enfrentó a las afirmaciones de que habría mantenido una conversación con un periodista que cubría el caso. Aclaró que la llamada registrada fue un error y que estaba en medio de otra conversación, insistiendo en que no había mantenido contacto con la prensa en relación a la investigación.
El contexto del caso Ayuso
La situación se complica aún más ante las declaraciones de otros testigos y las implicaciones políticas del caso. El fiscal general describió cómo la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil había señalado su “dominio a todos los niveles” sobre la filtración, insinuando que había un trasfondo más amplio en la narrativa que rodea a este escándalo.
El 13 de marzo, una noticia en El Mundo alegaba que la Fiscalía había ofrecido un pacto de conformidad a González Amador, lo que llevó a García Ortiz a actuar rápidamente para desmentir la información. “Era imprescindible aclarar la situación ante las insinuaciones de un uso político del caso”, manifestó.
La importancia de la protección de datos
García Ortiz defendió la eliminación de su cuenta de correo y la gestión de los datos en su teléfono móvil, argumentando que era una medida necesaria para salvaguardar la información sensible. “No soy dueño de esos datos, solo su custodio”, afirmó, enfatizando su responsabilidad en la protección de la información.
El fiscal general también se refirió a la presión mediática y a las amenazas que ha recibido, lo que llevó a su decisión de eliminar ciertas cuentas y datos. “Si no protejo la información, pongo en riesgo a muchos ciudadanos”, concluyó, reafirmando su compromiso con la ética profesional.
La situación gira en torno a la publicación de un correo electrónico en el que Alberto González Amador, pareja de Ayuso, admitía la posibilidad de dos delitos fiscales. La defensa del fiscal general sostiene que su intervención se justificó por la necesidad de proteger la imagen de los fiscales involucrados en el caso.0




