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Diferencias Clave entre Terrores Nocturnos y Pesadillas en Niños: Guía Esencial

Descubre las estrategias esenciales para comprender y gestionar los terrores nocturnos y las pesadillas en la infancia.

Los episodios de sueño perturbador en los niños son una preocupación creciente para muchos padres. Entre los más comunes se encuentran los terrores nocturnos y las pesadillas. Aunque pueden parecer similares, son experiencias distintas que requieren enfoques diferentes. Este artículo, basado en las explicaciones del pediatra Carlos González, busca clarificar estas diferencias y ofrecer orientación a las familias.

¿Qué son los terrores nocturnos?

Los terrores nocturnos son episodios que ocurren durante la primera mitad de la noche, generalmente en la fase más profunda del sueño. Durante estos episodios, el niño puede levantarse de la cama, gritar y mostrar signos de angustia extrema.

Sin embargo, lo más notable es que, a pesar de estar físicamente despierto, el niño no es consciente de su entorno. Como explica González, “el niño que experimenta un terror nocturno llora mientras sigue en un estado de sueño profundo”, lo que puede resultar desconcertante para los padres que intentan consolarlo.

Características de los terrores nocturnos

Una de las características más sorprendentes de los terrores nocturnos es que, aunque el niño parece completamente despierto, en realidad no está consciente de lo que sucede a su alrededor. “Es como si el niño no te viera, incluso si tiene los ojos abiertos. Es como si fueras invisible para él”, señala el pediatra. Esto puede generar sentimientos de impotencia en los padres, ya que sus intentos por calmar al niño a menudo resultan infructuosos.

Además, es importante destacar que durante un terror nocturno, el niño no está soñando en el sentido tradicional. A diferencia de las pesadillas, que ocurren en el contexto de los sueños y pueden ser recordadas, los terrores nocturnos son episodios de pánico que surgen de un estado de sueño profundo, lo que dificulta su recuerdo al día siguiente.

La naturaleza de las pesadillas

En contraste, las pesadillas suelen producirse en la segunda mitad de la noche. Durante una pesadilla, el niño se despierta de un sueño aterrador y es capaz de recordar lo que sucedió. Este tipo de episodio puede ser muy angustiante, ya que el niño es consciente de su entorno y busca consuelo en sus padres. “Cuando un niño tiene una pesadilla, llora y busca la atención de sus padres mientras se despierta”, explica González.

Cómo abordar las pesadillas

Los padres pueden ayudar a sus hijos a lidiar con las pesadillas hablando sobre lo que sucedió y proporcionando un sentido de seguridad y apoyo. Es fundamental validar sus sentimientos y ofrecer un espacio seguro donde el niño pueda expresar sus miedos. Se sugiere además que los padres ayuden a sus hijos a desarrollar técnicas de relajación antes de dormir, lo que puede disminuir la frecuencia de las pesadillas.

¿Cómo actuar ante cada situación?

Reconocer si un niño está experimentando un terror nocturno o una pesadilla es crucial para ofrecer el apoyo adecuado. Si el niño tiene terrores nocturnos frecuentes, los padres deberían considerar consultar a un pediatra para descartar problemas de salud subyacentes. Por otro lado, si las pesadillas son recurrentes, hablar sobre ellas y fomentar un ambiente de sueño tranquilo puede ser beneficioso.

Entender las diferencias entre los terrores nocturnos y las pesadillas es esencial para que los padres puedan actuar de manera efectiva en estos momentos difíciles. Al brindar el apoyo correcto y crear un ambiente seguro, los padres pueden ayudar a sus hijos a navegar estas experiencias de manera más tranquila y efectiva.


Contacto:
Sarah Finance

Ex trader Goldman Sachs, ora analizza mercati con occhio da insider. Unisce esperienza pratica e comunicazione.

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