El estrés impacta a millones de personas, pero hay métodos efectivos y sencillos para reducirlo.

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El estrés se ha convertido en una de las principales preocupaciones de salud en el mundo moderno, afectando tanto a jóvenes como a adultos. A pesar de la popularidad de métodos como la meditación y el yoga, muchos enfrentan dificultades para integrarlos en su vida diaria.
En este contexto, el médico internista Alexandre Olmos propone dos prácticas efectivas para reducir el estrés de manera directa.
Olmos, con formación en medicina interna y medicina deportiva, destaca que el estrés crónico se intensifica por el ritmo acelerado de vida y la falta de descanso adecuado.
“El cuerpo acumula estrés día tras día”, afirma. Subraya que hay formas de abordar este problema que no dependen de la capacidad mental de cada individuo.
Técnicas efectivas para aliviar el estrés
En sus intervenciones, Olmos menciona dos métodos que se destacan por su eficacia: el grounding y las aguas termales. Ambas estrategias ofrecen alivio inmediato y fisiológico sin necesidad de meditar o practicar yoga.
Grounding: Conexión con la tierra
El grounding, o conexión a tierra, consiste en caminar descalzo sobre superficies naturales como tierra o césped. Esta práctica permite que el cuerpo libere electrones acumulados, lo que ayuda a reducir la inflamación. Según Olmos, el calzado moderno, que generalmente tiene suelas de goma, impide este intercambio energético. Por eso, aconseja dedicar al menos quince minutos a esta actividad en un entorno natural.
Un estudio de titulado The effect of grounding the human body on mood concluyó que esta práctica genera efectos psicológicos positivos y puede disminuir el estrés y la tensión emocional en el corto plazo. Este simple acto de caminar descalzo no solo es terapéutico, sino que también conecta a las personas con la naturaleza, lo cual es fundamental para su bienestar.
Aguas termales: Calma y relax
La segunda técnica mencionada por Olmos son las aguas termales. Este método se basa en el uso del calor mineral, que activa el sistema parasimpático, responsable de inducir la calma en el organismo. Al activarse, este sistema mejora la circulación, relaja los músculos y reduce notablemente los niveles de cortisol, la hormona del estrés.
Investigaciones publicadas en la revista Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine han demostrado que un tratamiento de balneoterapia con aguas termales altamente mineralizadas puede reducir los síntomas de estrés hasta en un 60% tras dos semanas de aplicación. Esta forma de terapia se alinea con la idea de que no solo se trata de manejar el estrés mediante pensamientos, sino de conectar más con nuestro entorno natural.
La importancia de la actividad física y la naturaleza
Olmos resalta que la conexión con la naturaleza es vital para mitigar la tensión acumulada. Además, el ejercicio físico juega un papel crucial en la reducción del estrés. La actividad física no solo disminuye los niveles de cortisol, sino que también incrementa la producción de endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad.
La psicóloga Isabel Ferrández también apoya esta idea, sugiriendo que establecer hábitos saludables y sostenibles es clave para gestionar el estrés a largo plazo. Incorporar momentos de desconexión, como paseos al aire libre o ejercicios de respiración, puede ser de gran ayuda. Practicar mindfulness se presenta como una herramienta eficaz: detenerse unos minutos para respirar profundamente o desconectar de las pantallas son pasos hacia un mayor bienestar.
El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante desafíos y puede tener un impacto significativo en nuestra salud. Sin embargo, al explorar métodos como el grounding y las aguas termales, junto con la actividad física y la conexión con la naturaleza, podemos encontrar formas efectivas de manejarlo. Adoptar estos hábitos no solo mejora nuestra salud mental, sino que también promueve un estilo de vida más equilibrado y conectado.




