La energía nuclear se presenta como una opción fundamental en la búsqueda de soberanía energética y sostenibilidad a largo plazo.

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El escenario energético mundial está en plena transformación, y la energía nuclear vuelve a ser protagonista en las conversaciones internacionales. Más de 40 países están considerando o han comenzado la construcción de nuevos reactores nucleares, impulsados por desafíos geopolíticos y la necesidad de diversificar sus fuentes de energía.
Según el último informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE), se están levantando más de 70 gigavatios (GW) de capacidad nuclear, la cifra más alta en tres décadas.
Las proyecciones son alentadoras. Se espera que la capacidad nuclear instalada en el mundo pase de aproximadamente 430 GW a 580 GW para el año 2035.
Este aumento significativo responde a la necesidad de garantizar una mayor soberanía energética y al cumplimiento de objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones.
Causas del resurgimiento nuclear
Entre las razones que han reavivado el interés por la energía atómica se encuentran la invasión de Rusia a Ucrania, que ha generado incertidumbres en el suministro de gas natural en Europa, y la inestabilidad en regiones como Oriente Medio. Estos acontecimientos han llevado a muchos países a replantear su dependencia de los combustibles fósiles, buscando alternativas más seguras y sostenibles.
El caso de Francia y otros países
Francia, el mayor productor de energía nuclear en la Unión Europea, ha decidido abandonar sus planes de cierre de reactores y ha optado por una estrategia de expansión nuclear. El gobierno de Emmanuel Macron ha propuesto mantener sus 19 centrales nucleares y construir 14 nuevos reactores de última generación. Sin embargo, enfrenta el desafío de la antigüedad de muchas de sus instalaciones, ya que un tercio de ellas operan desde hace más de 40 años.
Por su parte, naciones como Polonia, Hungría, República Checa y Suecia están avanzando en la construcción de nuevos reactores. Incluso en países donde la oposición a la energía nuclear ha sido fuerte, como Dinamarca y Alemania, el debate ha cobrado nueva vida. Alemania, que cerró su último reactor en, ha visto a su canciller Friedrich Merz proponer la reactivación de la energía nuclear como parte de una solución a la crisis energética.
El papel de China en el futuro nuclear
El verdadero motor del crecimiento nuclear global reside en China, que planea construir la mitad de los nuevos reactores en el futuro. Con una capacidad actual de 60 GW, la mayoría de sus centrales tienen menos de 20 años, y más de 35 GW están en desarrollo. Este avance posicionará a China como un líder mundial en energía nuclear para el año 2030, aumentando aún más la relevancia de esta fuente de energía en el contexto global.
La energía nuclear como aliado en la transición energética
Más allá de los intereses geopolíticos, la energía nuclear se ha reconocido como un aliado crucial en la transición energética hacia un futuro más sostenible. En, la Comisión Europea incluyó a la energía nuclear como parte de su Pacto Verde, un plan diseñado para alcanzar la neutralidad climática. Según analistas, esta fuente de energía se presenta como una solución de bajas emisiones, comparable a las energías renovables.
Además, la creciente demanda energética, impulsada por el auge de la inteligencia artificial y el funcionamiento de centros de datos, ha llevado a muchas empresas a asegurar su suministro eléctrico a través de acuerdos directos con productores de energía. Este fenómeno se ha visto en Estados Unidos, donde grandes compañías como Microsoft y Google han comenzado a invertir en proyectos nucleares para garantizar sus necesidades energéticas.
Desafíos y preocupaciones persistentes
A pesar de este renacimiento, la energía nuclear enfrenta desafíos significativos. Las inquietudes sobre la seguridad nuclear, especialmente tras incidentes como Chernobyl y Fukushima, así como la gestión de residuos radiactivos, continúan siendo temas de debate. A pesar de que las regulaciones han aumentado y los nuevos diseños de reactores incluyen sistemas de seguridad más avanzados, la percepción pública sigue siendo un obstáculo importante.
Los residuos nucleares, aunque representan solo un pequeño porcentaje de toda la producción energética, generan preocupación por su gestión a largo plazo. Actualmente, se están desarrollando soluciones para su almacenamiento en instalaciones geológicas profundas, lo que podría mitigar algunos de estos riesgos. Sin embargo, la construcción de nuevas plantas nucleares también enfrenta problemas de retrasos y sobrecostos, lo que podría complicar aún más su viabilidad.
Las proyecciones son alentadoras. Se espera que la capacidad nuclear instalada en el mundo pase de aproximadamente 430 GW a 580 GW para el año 2035. Este aumento significativo responde a la necesidad de garantizar una mayor soberanía energética y al cumplimiento de objetivos de sostenibilidad y reducción de emisiones.0




