Carlos Mazón, Presidente de la Generalitat, se defiende ante las acusaciones de negligencia en la gestión de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos). Resalta su compromiso con la transparencia y la eficiencia en la administración pública, argumentando que se han implementado medidas preventivas y de respuesta ante situaciones de emergencia. Asimismo, enfatiza la importancia de la colaboración interinstitucional para garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos afectados.

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El pasado lunes, Carlos Mazón, presidente de la Generalitat Valenciana, compareció ante el Congreso de los Diputados para responder a las críticas sobre su gestión durante la devastadora dana que afectó a la comunidad. En un ambiente de tensión, Mazón enfrentó acusaciones sobre su responsabilidad en la muerte de 229 personas durante el trágico evento del 29 de octubre de.
La sesión se tornó acalorada cuando Ione Belarra, portavoz de Podemos, le exigió explicaciones sobre su actuación en ese día fatídico.
Mazón llegó a la sala Prim del Congreso con una actitud defensiva. Vestido con un traje azul marino y camisa blanca, se mostró incómodo ante la presión de los diputados que lo interpelaban.
La situación se complicó al cuestionarle sobre su paradero y las acciones que tomó después de almorzar en el restaurante El Ventorro con la periodista Maribel Vilaplana. Su falta de respuestas concretas sobre su tiempo de inactividad fue un punto crítico en el interrogatorio.
La gestión de la crisis y la falta de información
Una de las críticas más contundentes hacia Mazón se centró en la ausencia de un sistema de alerta adecuado. Aunque el Cecopi, el órgano encargado de coordinar emergencias, fue convocado, el presidente en funciones insistió en que no contaba con información precisa sobre el desbordamiento del barranco del Poyo. En su defensa, alegó que recibió llamadas de su consejera de Emergencias, Salomé Pradas, pero que la magnitud de la tragedia no era evidente en ese momento.
Confusión sobre las alertas y la responsabilidad
Durante la sesión, Mazón afirmó que no fue informado de la situación crítica hasta la madrugada, cuando ya se conocían las primeras víctimas. A pesar de la insistencia de los diputados, que presentaron correos electrónicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar alertando sobre la situación, el presidente se mantuvo firme en su postura de que no había datos suficientes para actuar de manera efectiva.
La controversia se intensificó cuando se le preguntó sobre la tardanza en el envío de alertas a los teléfonos móviles. Mazón argumentó que la consejera de Emergencias no le solicitó que aprobara la alerta, por lo que consideró que no era su responsabilidad. Sin embargo, los opositores insistieron en que su inacción había contribuido a la tragedia, lo que llevó a Ione Belarra a calificar su gestión de homicida.
La defensa de Mazón y su futuro político
A pesar de las críticas, Mazón intentó posicionarse como una víctima de la situación, argumentando que había estado haciendo llamadas y buscando información durante el evento. Reiteró que nadie en su equipo o en el gobierno tenía conocimiento de la magnitud de la crisis que se avecinaba. Este enfoque generó reacciones mixtas entre los asistentes a la sesión, con algunos diputados de la oposición considerándolo irresponsable.
La presión de las víctimas y sus familias
El momento más tenso del debate llegó cuando el diputado Gabriel Rufián leyó testimonios desgarradores de familiares de las víctimas que habían perdido a seres queridos durante la dana. Rufián acusó a Mazón de actuar con frialdad y de no considerar el sufrimiento de las familias afectadas. La presión aumentó cuando se le exigió que pidiera disculpas públicamente a las víctimas, a lo que Mazón respondió que ya había expresado su pesar de forma adecuada.
A medida que la sesión avanzaba, se hizo evidente que la situación política de Mazón estaba en juego. Con la presión del Partido Popular y Vox para encontrar un sucesor, su futuro como líder valenciano se torna incierto. La falta de confianza generada por su gestión podría tener repercusiones significativas en su carrera política.
La comparecencia de Carlos Mazón ante el Congreso ha abierto un debate crucial sobre la gestión de crisis en situaciones de emergencia. La falta de un protocolo claro y la confusión sobre la información recibida fueron temas recurrentes que podrían definir el legado de su mandato. Mientras la comunidad valenciana continúa lidiando con las secuelas de la dana, persiste la pregunta sobre la responsabilidad política y la necesidad de mejorar los sistemas de alerta.




