Un nuevo marco de paz se establece entre Ucrania y Estados Unidos para enfrentar la invasión rusa.

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La situación en Ucrania está llegando a un punto crítico, ya que Estados Unidos y el gobierno ucraniano han progresado en la elaboración de un nuevo acuerdo de paz. Este acuerdo se fundamenta en una propuesta previamente discutida entre Rusia y Estados Unidos, y se presenta como una oportunidad para frenar la agresión imperialista que comenzó en febrero de.
En una reunión reciente en Ginebra, que contó con la participación de representantes europeos, se definieron las líneas generales de este marco de paz. Aunque aún queda trabajo técnico por realizar, tanto el presidente Donald Trump como su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, deben dar su aprobación final.
La declaración conjunta emitida por ambas partes destaca que cualquier acuerdo debe respetar plenamente la soberanía de Ucrania.
Detalles del nuevo marco de paz
A pesar de la esperanza que genera este nuevo marco, se han dejado muchas preguntas sin respuesta en cuanto a su contenido específico. La Casa Blanca ha indicado que la nueva versión del plan incluirá mejoras en las garantías de seguridad para Ucrania, las cuales son fundamentales para que el país pueda defenderse ante una posible nueva agresión por parte de Rusia.
Seguridad y defensa
Las negociaciones han puesto énfasis en la necesidad de fortalecer la defensa de Ucrania. Según fuentes cercanas a las discusiones, se busca establecer robustas garantías de seguridad que incluyan la posibilidad de que el ejército ucraniano mantenga su capacidad de defensa sin restricciones excesivas. Por ejemplo, se propone que Ucrania pueda contar con una fuerza de 800.000 efectivos en tiempos de paz, en comparación con los 600.000 estipulados en el plan original de 28 puntos.
Asimismo, se trata de limitar las cláusulas que obligarían a Ucrania a ceder territorio, lo cual ha sido un punto de gran preocupación para el gobierno de Kiev y sus aliados europeos.
Reacciones y presiones externas
La presión sobre Ucrania ha aumentado, especialmente después de que Trump acusara a Zelenski de ser “desagradecido” por los esfuerzos de Estados Unidos. Esta crítica se produce en un momento en el que Europa sigue comprando petróleo a Rusia, lo que ha generado tensiones en las relaciones entre los aliados.
El documento que se ha discutido en Ginebra, según la agencia Reuters, sugiere que las garantías de seguridad proporcionadas por Estados Unidos deberían ser similares a las del artículo 5 de la OTAN. También se plantea que Ucrania debería celebrar elecciones poco después de la firma del acuerdo, y no en un plazo fijo de 100 días como se había propuesto anteriormente.
La postura europea
Los líderes europeos, quienes han estado muy activos en la discusión de este acuerdo, han enfatizado que cualquier solución debe poner fin a las hostilidades sin sembrar semillas para futuros conflictos. Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha sido clara al afirmar que “las fronteras no se pueden cambiar por la fuerza” y que Ucrania no debería verse obligada a reducir su ejército.
Además, se ha discutido la posibilidad de que los activos rusos congelados en Europa, que ascienden a 180.000 millones de euros, sean utilizados para la reconstrucción de Ucrania. Esto se suma a otros 100.000 millones que se destinarían, según el plan ruso-estadounidense, a la reconstrucción liderada por Estados Unidos.
Desafíos por delante
A pesar de los avances logrados, la situación es compleja y la respuesta del Kremlin ante este nuevo marco de acuerdo podría alterar significativamente el proceso. La expectativa es que la reacción de Rusia no frene las negociaciones ni las aspiraciones de paz que se han comenzado a forjar.
La fecha límite fijada por Trump para que Ucrania acepte el plan ha generado incertidumbre, pero el presidente estadounidense ha dejado entrever que podría estar dispuesto a extender el plazo dependiendo de la respuesta de Ucrania. Mientras tanto, los aliados de Kiev continúan apoyando al país invadido en esta crucial negociación.
Se espera que los próximos días sean decisivos, en un contexto donde la paz en Ucrania no solo depende de los acuerdos entre las grandes potencias, sino también del compromiso y la resistencia del propio pueblo ucraniano.




