El renacimiento del efectivo como herramienta financiera resalta su papel fundamental en la autonomía personal y la seguridad en momentos críticos.

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En un contexto donde los métodos de pago digitales están en constante crecimiento, el dinero en efectivo ha comenzado a recobrar protagonismo. Este fenómeno se evidenció en el reciente V Barómetro, presentado en Madrid, que abordó la necesidad de conservar el efectivo.
Los resultados muestran que la percepción sobre su importancia ha alcanzado su nivel más alto en los últimos cinco años, especialmente tras el apagón que afectó a numerosas transacciones electrónicas en abril.
El estudio, realizado por la firma GAD3, reveló que un significativo 74% de los españoles consideran esencial el uso regular del efectivo.
Esta cifra representa un aumento de tres puntos en comparación con el año anterior. La encuesta, efectuada en septiembre con la participación de 1,002 personas, fue encargada por la asociación Denaria, que se dedica a la defensa del efectivo y cuenta con la colaboración de empresas del sector.
La percepción del efectivo tras el apagón
El apagón de abril, que dejó a muchas personas sin acceso a sus cuentas digitales, ha provocado un cambio en la valoración del efectivo. Según el barómetro, este medio se considera el segundo recurso más crítico durante una crisis, solo superado por el agua y los alimentos. Esto evidencia que, en situaciones de emergencia, los ciudadanos buscan la seguridad que proporciona el dinero físico, incluso por encima de productos como medicamentos o herramientas.
Incremento en la demanda de efectivo
El estudio también indica que un 35% de la población ha decidido aumentar la cantidad de efectivo que lleva consigo desde el apagón. Este porcentaje es aún mayor entre los jóvenes de 30 a 44 años, donde el 42% opta por tener más dinero en efectivo a mano. Este cambio de comportamiento refleja una creciente desconfianza hacia los sistemas digitales, especialmente entre quienes han experimentado la vulnerabilidad que conlleva depender de ellos.
A pesar de este aumento en la valoración del efectivo, su uso real ha disminuido. Solo un 30% de los encuestados indicó que el efectivo era su método de pago preferido, una caída notable en comparación con el 46% registrado en. En contraste, los pagos móviles están en auge, alcanzando un 11% de aceptación entre los consumidores.
El futuro del efectivo en España
La tendencia hacia el uso del efectivo se enfrenta a la resistencia de la digitalización. Sin embargo, un abrumador 83% de los encuestados se opone a la eliminación del efectivo. Muchos expresan su preocupación por la posible exposición de sus datos personales al utilizar alternativas digitales. Esta inquietud resalta la necesidad de mantener opciones de pago que garanticen la privacidad y la autonomía financiera.
Las razones del apoyo al efectivo
Entre los defensores del efectivo se encuentran personas de diversas clases sociales, especialmente aquellos con ingresos más bajos, que dependen de este medio para gestionar sus finanzas diarias. Hilario Alfaro, presidente de Madrid Foro Empresarial, sostiene que la creciente vigilancia del Estado sobre las transacciones financieras ha llevado a la sociedad a abogar por conservar el efectivo como una forma de defensa ante el control estatal. Esta postura, que busca garantizar la libertad financiera, está en el centro del debate sobre el futuro del dinero en efectivo.
El dinero en efectivo se ha consolidado como un pilar fundamental en la vida cotidiana de los ciudadanos españoles. A pesar del avance hacia la digitalización, su importancia no debe ser subestimada. Las preocupaciones sobre la seguridad, la privacidad y la autonomía financiera aseguran que el efectivo siga siendo una alternativa válida y necesaria en el sistema financiero actual. A medida que la sociedad avanza hacia un futuro más digital, es esencial mantener un equilibrio que permita a los ciudadanos elegir cómo desean gestionar su dinero.




