Mantenerse activo no solo potencia la salud física, sino que también es fundamental para la salud visual.

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Las evidencias sobre la relación entre actividad física y salud ocular son cada vez más relevantes. Recientes estudios han demostrado que el ejercicio regular no solo contribuye a un estado físico óptimo, sino que también desempeña un papel crucial en la salud visual, especialmente a medida que se envejece.
La práctica de deportes y actividades físicas se asocia con una notable disminución del riesgo de padecer diversas enfermedades oculares. Esto subraya la importancia de mantenerse activo en nuestra vida diaria.
Impacto del ejercicio en la salud visual
El optometrista Phillip Yuhas, profesor asistente en el College of Optometry de Ohio University, destaca que el bienestar ocular está estrechamente relacionado con el estado del sistema cardiovascular.
Según Yuhas, un flujo sanguíneo adecuado es esencial para el funcionamiento óptimo de los ojos. “Un corazón saludable reduce el riesgo de complicaciones oculares”, afirma. En particular, la retina y la mácula necesitan un suministro constante de oxígeno y nutrientes para operar de manera eficiente. Por lo tanto, cuidar la salud del corazón es, indirectamente, un acto de protección hacia la visión.
Investigaciones recientes
Los datos respaldan esta conexión. Un metaanálisis realizado en , que abarcó a más de 14,000 adultos, mostró que los individuos que practican ejercicio físico de manera regular presentan una menor incidencia de degeneración macular asociada a la edad (DMAE). Este hallazgo subraya la importancia de la actividad física, no solo como un medio para mejorar la salud general, sino también como un factor protector específico para la visión. Sin embargo, es fundamental considerar que no todos los tipos de ejercicio ofrecen los mismos beneficios.
Tipos de ejercicio y su efectividad
Los especialistas destacan que los ejercicios de alta intensidad, como el cardio intenso y las rutinas de fuerza, ofrecen beneficios significativos en la prevención de enfermedades oculares. ¿Sabías que este tipo de actividad física puede ser clave para proteger tu visión?
En contraste, las actividades de bajo impacto, como caminar, aunque son indudablemente beneficiosas para la salud en general, no brindan el mismo nivel de protección contra problemas visuales. Es importante considerar qué tipo de ejercicio se adapta mejor a tus necesidades y objetivos de salud ocular.
Ajustando la intensidad
Es esencial que cada individuo adapte la intensidad del ejercicio a sus necesidades y estado de salud. La profesora Terri L. Call, de la UAB School of Optometry, señala que la actividad vigorosa no revertirá una DMAE ya diagnosticada, pero puede ser eficaz en prevenir su aparición. Incorporar actividades como correr, nadar o practicar ciclismo puede ser una estrategia efectiva, siempre que se realice bajo la supervisión de un profesional de la salud, especialmente si existen condiciones médicas preexistentes.
La relevancia de la constancia en la salud visual
Los especialistas coinciden en que la constancia es fundamental para preservar una buena salud visual a lo largo del tiempo. Hacer ejercicio de forma regular no solo ofrece beneficios inmediatos, sino que también contribuye a una mejor calidad de vida y disminuye el riesgo de enfermedades oculares en el futuro. Incorporar una rutina de ejercicios que incluya diversas actividades físicas es una estrategia eficaz para cuidar tanto el cuerpo como la vista.
Ante el creciente interés por la salud ocular, es fundamental que tomemos conciencia de cómo un estilo de vida activo puede impactar positivamente nuestra visión. Incorporar el ejercicio en nuestra rutina diaria no solo mejora la salud general, sino que también se presenta como una estrategia clave para proteger la vista a medida que envejecemos. La combinación de actividad física regular y un adecuado cuidado ocular puede ser la clave para disfrutar de una vida plena y saludable.




