La subasta de la fábrica de canelones Fadaic queda desierta, marcando un precedente en la administración catalana.

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Un caso sin precedentes en Cataluña
La Generalitat de Cataluña se enfrenta a un desafío inédito tras declarar desierta la subasta de la fábrica de canelones Fadaic, ubicada en Ripollet, Vallès Occidental. Este caso es singular, ya que es la primera vez que la administración catalana recibe en legado una empresa en funcionamiento a través de herencias intestadas, es decir, cuando una persona fallece sin dejar un testamento válido.
La situación ha generado un gran interés, no solo por la singularidad del caso, sino también por las implicaciones que tiene para la gestión de empresas heredadas.
El proceso de subasta y sus complicaciones
La Generalitat había abierto un periodo para la presentación de ofertas con el objetivo de vender el 100% de las acciones de la planta, que perteneció a la empresaria Manuela Marimon, fallecida en 2019.
El precio de salida se fijó en 296.155 euros, y el plazo para presentar ofertas concluyó el 7 de mayo. Sin embargo, la única oferta recibida, realizada por la empresa Good Bio Foods, fue invalidada debido a la falta de acreditación de la garantía previa necesaria para participar en la subasta. Este contratiempo ha dejado a la Generalitat con dos opciones: reiniciar el proceso de subasta o optar por una venta directa de la empresa.
La situación actual de Fadaic
A pesar de la incertidumbre en torno a su futuro, la fábrica de canelones Fadaic continúa operando con normalidad. Actualmente, cuenta con un equipo de diez empleados que se dedican a la elaboración de pasta de alta calidad, la cual es distribuida a restaurantes y tiendas gourmet. En 2023, la empresa reportó ingresos de 390.498 euros, lo que representa un aumento del 9% en comparación con el año anterior, además de obtener beneficios por primera vez desde la muerte de su propietaria. Este desempeño positivo es un indicativo de la calidad del producto y la capacidad de la empresa para mantenerse competitiva en el mercado.
Las implicaciones de la herencia empresarial
La herencia de Fadaic no solo incluye la fábrica, sino también otros activos como un local comercial, un garaje y una gran casa donde residía Manuela Marimon. Este caso plantea importantes preguntas sobre la gestión de empresas heredadas y la responsabilidad de las administraciones en la venta de activos que pueden ser vitales para la economía local. La Generalitat deberá considerar cuidadosamente sus próximos pasos para asegurar que la fábrica continúe operando y contribuyendo al desarrollo económico de la región.