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Campaña en contra de la brutal fiesta de los toros alanceados de Tordesillas

Sangre, tortura y muerte.
Con estas tres contundentes palabras definen decenas de organizaciones -PACMA, AnimaNaturalis, …- la tradición del conocido como Toro de la Vega de Tordesillas (Valladolid).
Esta fiesta –término que no merece ser aplicado a ningún evento en el que haya sufrimiento humano o animal- lleva celebrándose desde la época de los romanos pero para los actos de protesta es el quinto año.

Precisamente su origen ancestral es el argumento al que se agarran como clavo ardiendo los defensores de la carnicería anual.
¿Defenderán también la reanudación de torneos y sacrificios en el Coliseo de Roma? Sí, lo que digo es demagogia, pero o la desterramos o jugamos todos a lo mismo.

Así que de nuevo llega mediados de septiembre y el Toro de la Vega, una macabra celebración en la que cientos de personas persiguen a pie o a caballo por campo abierto a un toro.
Pero no a pecho descubierto, claro, portan varas y lanzas con las que lo acosarán y torturarán hasta su muerte.

Una muerte lenta y cruel que lo único que muestra es la cobardía de sus asesinos.
El mozo o moza que tenga el dudoso honor de ser el responsable de clavar el último lanzazo será premiado con los testículos del toro y los lucirá orgulloso (tétrico orgullo) atados en su bastón.
Me cuesta imaginar una tradición más sanguinaria (y eso que hay para elegir no sólo en España) y, sin embargo, está señalada como fiesta de interés cultural.
Una distinción con la que no estaría de acuerdo Moscatel si supiera el destino que le espera.
Moscatel es el nombre del toro al que este año le tocará morir de esta horrible manera.
En su rescate y en el de sus predecesores acuden las organizaciones pro-derechos de los animales, que aumentan cada año la magnitud y logística de sus protestas.
Caras populares incluidas como la de Jesús Cifuentes, cantante de Celtas Cortos.
En esta ocasión han fletado tres autocares que acercarán hasta Tordesillas a manifestantes procedentes de Barcelona, Madrid y Vigo.
La alcaldesa de Tordesillas, Mª Milagros Zarzuelo ha pedido “calma, prudencia y respeto” tanto a manifestantes como a los vecinos del municipio.
Y añade, no sin cierta dosis de prepotencia: “Que vengan, expongan lo que tengan que exponer y se vayan como han venido.
Deseo que los vecinos no caigan en provocaciones”.
¿Provoca quien protesta o quien se enorgullece de llevar a cabo esos actos? La pregunta, además de tener una respuesta lógica, ha sido contestada por los tribunales pues un vecino de Tordesillas ha sido condenado a pagar una multa por amenazar a Concepción Reyero, una activista opuesta al Toro de la Vega.
Aquello sucedió hace unos años pero ya se sabe que la justicia va lenta.
Si tú tampoco te amedrentas ante la brutalidad pero no puedes o no quieres acercarte a la localidad vallisoletana, puedes sumarte a la iniciativa a través de una protesta por Internet.
Un texto destinado a las autoridades del pueblo que dice así: He tenido constancia de la celebración que se lleva a cabo en Tordesillas el próximo 15 de septiembre, denominada Toro de Vega, en la que centenares de personas a pie y a caballo acosan a un toro hasta la muerte a lanzazos.
Me pongo en contacto con ustedes para manifestarles el desagrado que este hecho me provoca como miembro de una sociedad sensible hacia el maltrato y el sufrimiento animal.
En nuestro país disponemos de legislación en materia de protección animal que harían imposible que se dieran este tipo de celebraciones, ya que no solo perjudican a los animales sino que degradan la imagen de la sociedad que los permite.
Es por ello que solicitos reconsideren la celebración de dicho festejo.
Mientras se siga celebrando, daremos a conocer a los turistas las prácticas del municipio de Tordesillas como parte de la vergüenza que supone para Europa que se sigan manteniendo tan sanguinarias tradiciones, propias de otros siglos.
Vía

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