La masacre cometida por el gobierno australiano con miles de camellos salvajes de la región de Outback ha tenido una interesante respuesta internacional.
Como consecuencia de la difusión mediática de su sacrificio, el país oceánico se ha visto desbordado de peticiones de gente dispuesta a comprarlos.
Bueno, justo es decir que la reacción no sólo ha sido solidaria con los animales, porque las solicitudes, venidas sobre todo de Oriente Medio y de Estados Unidos, además de camellos vivos también querían su carne.
Según Garry Dann, funcionario gubernamental, dijo que se habían recibido “cientos de consultas en el último par de meses”.
Los productores de empresas cárnicas dicen que las peticiones no han pensado en el alto costo de transporte, tanto terrestre como martítimo.
Mike Eathorne, director de la empresa exportadora de carne Meramist:La gente en el extranjero han leído las noticias y artículos en Internet sobre los sacrificios de camello y luego tienen la impresión de que porque vamos a sacrificar a los animales pueden comprarlos por un bajo valor.
No tienen idea de lo que cuesta reunir a los camellos salvajes, el transporte y todo el proceso.
Como la mayoría de los camellos están en el centro de Australia, tan sólo el costo de transporte ya es muy alto.
(Traducción libre)Es decir, recapitulemos, echemos la vista atrás: los camellos fueron introducidos en Australia hace dos siglos, y desde entonces van de mal en peor.
Sobre todo, la falta de una política de control de su población compatible por la vida está provocando matanzas constantes.
Un fatal destino al que ahora se le unen los altos precios de transporte, provocando que los animales tampoco puedan salvarse por esta vía.
Es decir, escapando de tierras australianas.
¿Pero, seguro que existe falta de dinero? Recordemos que el gobierno gastó la nada despreciable suma de 19 millones de dólares en su sacrificio: participaron tiradores montados en los helicópteros, provocando protestas de los defensores de los derechos de los animales.
Recordemos, también, qué motivo esta decisión: el pasado mes de noviembre, miles de camellos sedientos invadieron una ciudad de Outback en busca de agua, asustando a la población.
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