Los expertos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) que vienen siguiendo la evolución del derrame de BP en el Golfo de México anunciaron ayer martes en Washington que han encontrado columnas de petróleo submarinas, aunque en concentraciones bajas de crudo, a 228 kilómetros de distancia de la fuga.
Lo cual podría afectar a la vida marina, como es obvio, y dificultar las labores de limpieza.
Cabe destacar que, hasta ahora, tanto la NOAA como BP habían prácticamente desestimado la posibilidad de que hubiera columnas de petróleo bajo la superficie del mar.
De hecho, el mes pasado, la NOAA no dudó en calificar de “engañosa, prematura y, en algunos casos, inexacta” la información de la existencia de una columna submarina que brindaron los investigadores del buque de investigación Pelican.
Y desde BP decían que el petróleo subía sí o sí a la superficie porque es más ligero que el agua, y que no había crudo bajo la superficie marina.
Pues va a ser que no: después de analizar las muestras recogidas por los investigadores del buque de la Universidad del Sur de la Florida, el Weatherbird II, parece que la conclusión es la opuesta.
Según uno de los investiagadores, el señor Lubchenco: La NOAA está confirmando la presencia de concentraciones muy bajas de petróleo submarino en muestreos a profundidades que van de la superficie hasta 3.
300 metros en lugares situados a 40 y 42 millas náuticas al noreste del pozo, y otra muestreo situado a 142 millas náuticas (228 km) al sureste de la boca de pozo.
(Traducción libre) Aunque se trata de concentraciones de petróleo muy bajas (en torno a 0,5 partes por millón), el crudo submarino reduce el contenido de oxígeno del agua y amenaza la vida marina como los mejillones, almejas, cangrejos, anguilas, medusas y camarones.
Pues bien, con esta noticia ya sabemos algo más acerca de los polémicos dispersantes químicos que BP viene inyectando de forma masiva para “romper” el petróleo.
Ya sabemos que, contra lo dicho por la petrolera, sí crean columnas de crudo submarinas.
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