Happy Cow, la divertida campaña publicitaria que han lanzado los granjeros de California, muestra unas vacas que pastan contentas en hermosas praderas.
Sin embargo, sus anuncios han desatado las iras de PETA, desde donde se asegura que los animales llevan unas “vidas miserables”.
Kathy, Lisa, Anna, Kristen, Alicia, Jenn… son los nombres de las vacas que protagonizan los anuncios de la campaña y, aunque poco usuales para animales, ya dan una pista de su papel estelar en los anuncios, en los que aparecen hablando como si fueran personas.
Para conectar con la clientela, los anuncios presentan vacas parlanchinas, con sentido del humor y protagonistas de situaciones graciosas en preciosos prados.
Objetivo: dar prestigio a los productos lácteos de California a través de un sello común.
A juicio de PETA, los creativos publicitarios han llegado demasiado lejos.
Por ejemplo, decir que a Diane le gusta la brisa del mar, pero odia los lunes, y fotografiarla con un paisaje campestre de fondo insulta la realidad de estas vacas, que malviven hacinadas en granjas, sin poder ni oler la naturaleza.
Desde su web, PETA anima a tomar medidas contra estos anuncios.
Llaman a la reflexión del siguiente modo: La Junta Lechera Asesora de California (CMAB) presenta a unas vacas felices en su campaña publicitaria, dice que las vacas en las granjas lecheras de California tienen una vida feliz y natural y se les trata bien, cuando en realidad, están hacinadas, se revuelcan en el barro y en sus propias heces.
Mucha de estas vacas han tenido bebés que no ven nunca, pues son separadas de ellos poco después del nacimiento, confinados en pequeñas jaulas para terneros empapadas de orina.
Y a diferencia de las vacas que se ven en los anuncios CMAB, las vacas en las explotaciones agrícolas reales están drogadas, se les ordeña en exceso, y con frecuencia se les niega la atención básica sanitaria, y un lugar cómodo para descansar.
(Traducción libre)PETA presentó una denuncia pidiendo a la Comisión Federal de Comercio (FTC) que la CMAB “dejara de mentir a los consumidores” sobre las condiciones en que se crían vacas de California, se mantienen y se sacrifican.
Si lo deseas, también tú puedes enviar una carta de protesta.
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