Los ríos ingleses ya vuelven a atesorar saludables poblaciones de nutrias.
La contaminación, su peor enemigo desde hace cuatro décadas, ha descendido, dando una nueva oportunidad de vida a este simpático animalillo.
El Reino Unido supo reaccionar a tiempo.
Fue todo un acierto prohibir, hace tres décadas, una serie de plaguicidas que estaban contaminando los ecosistemas fluviales y, como consecuencia de ello, acabando también con ellas.
Las zonas fluviales y ribereñas se han regenerado, y las nutrias disfrutan de un ecosistema que las ha salvado de la extinción.
Según la Agencia de Medio Ambiente, hay sobradas razones para el optimismo, pues la gran remontada ha extendido sus poblaciones a distintos condados y ha aumentado el número de ejemplares donde antes ya podían encontrarse.
Incluso, en lugares donde tradicionalmente podían encontrase nutrias, su número alcanza su máxima capacidad, como el río Wye, teniendo en cuenta que el techo de ejemplares lo marca su comportamiento territorial.
En concreto, se han encontrado nutrias en todos los condados de Kent, Northumbria, Cumbria, Wessex y Upper Sever.
Una gran noticia para los conservacionistas, que predicen su total recuperación dentro de dos décadas, y para la población en general, pues su presencia es un indicador de la salud de los ríos ingleses, es decir, de la buena calidad de sus aguas.
Vía
