El pequeño Óliver finalmente será atendido en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona debido a las complicaciones de su tumor cerebral.
Así es el caso del pequeño Óliver con sólo dos años de edad y un tumor cerebral. La cirugía servirá para eliminar la masa tumoral que presiona la parte posterior de su cerebro. Si queda algún resto, tendrá que pasar sesiones de quimioterapia y radioterapia o protonterapia.
El caso del pequeño Óliver: dos años y un tumor cerebral
Oliver finalmente será atendido en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Tratarán al pequeño después de que la sanidad mexicana diera su caso por perdido.
La familia de Óliver explica que el menor sufre un tumor de grado III en la fosa posterior del cerebro. Debido a la tumoración, el niño de dos años tenía también hidrocefalia. Esta es una acumulación de una cantidad excesiva de líquido cefalorraquídeo en el cerebro, una dificultad de la que ya ha sido operado.
Los médicos
El hospital prefiere no dar ningún tipo de información. Quieren primero poder hacer una valoración completa del pequeño. Mientras, Bartolomé Bejarano, director del Departamento de Neurocirugía de la Clínica Universidad de Navarra, da las claves de este tipo de tumores y cuáles son las opciones que barajan en este tipo de procesos oncológicos. También da las razones de la premura para realizarlas. «Un diagnóstico temprano y una intervención adecuada eleva las posibilidades de curación completa en el paciente, y reduce las posibilidades de secuelas y daños neurológicos a largo plazo» .
Esta enfermedad
“Este tipo de tumores se localizan en un espacio pequeño del cráneo, la fosa posterior, donde se encuentran estructuras nerviosas fundamentales, como el cerebelo, el mesencéfalo, la protuberancia, el bulbo o las raíces de los pares craneales. En función del área afectada, dentro de los tumores de la fosa posterior se pueden distinguir los tumores del cerebelo, los tumores del tronco cerebral, los tumores extraparenquimatosos y del ángulo pontocerebeloso, y los tumores del cuarto ventrículo y epéndimo.”
«Mientras que en adultos suponen menos del 10% de los tumores intracraneales, en edad pediátrica representan la mitad de los tumores intracraneales, llegando a dos tercios de los tumores intracraneales en niños de 2-12 años»
