La Fiscalía de Gijón ha solicitado la Prisión permanente revisable para la mujer que en 2019 mató con 53 puñaladas a su hijo recién nacido.
La Fiscalía de Gijón solicita prisión permanente revisable para la madre que mató a su hijo recién nacido asestándole 53 puñaladas el pasado agosto de 2019. La acusada asesinó a su bebé recién nacido y le había ocultado el embarazo a sus familiares y al padre del niño, que entonces era su pareja.
Los análisis psiquiátricos consideran que era consciente del acto y el agravante de parentesco hacen que se enfrente a pasar la vida encarcelada.
Permanente revisable para la madre que apuñaló a su hijo
El 1 de agosto de 2019, antes de las siete de la tarde y horas después de haber dado a luz, una mujer en Gijón asestó 53 puñaladas a su hijo recién nacido.
El arma homicida fue uno de los cuchillos de su cocina. Tras el brutal asesinato, la acusada metió el cuerpo sin vida del pequeño en una mochila y lo tiró a la basura, donde fue encontrado por un ciudadano la noche siguiente.
La mujer ha sido acusada de asesinato con alevosía que se agrava por la edad de la víctima, la indefensión y vulnerabilidad del bebé y el agravante de parentesco. Es por eso que la Fiscalía de Gijón solicita la Prisión Permanente Revisable, la mayor pena que se puede sentenciar en España.
La acusada había ocultado el embarazo a sus familiares y al padre del bebé, y también ocultó el parto: tuvo al niño en casa y cuando su pareja volvió de trabajar, a las siete de la tarde, le explicó que había tenido un problema ginecológico para justificar la sangre que había en el domicilio. Pero tras una exploración ginecológica se comprobó que no había sufrido ningún sangrado por un quiste ovárico, tal y como ella defendía.
La fiscalía defiende la permanente revisable porque sostiene que el homicidio fue premeditado (ya que ocultó el embarazo y mintió a su pareja sobre el parto, teniéndolo en casa) y que no tiene alteraciones psiquiátricas según la evaluación de los expertos, por lo que se considera asesinato con alevosía: la acusada era consciente de la moral del acto y estaba en plenas facultades mentales.
Además de la solicitud de prisión permanente, se ha pedido que indemnice al padre con 50.000 euros y se haga cargo de los intereses legales del proceso judicial.
