Ni la capital española ni la de Cataluña: sorprendentemente, no se esperaría que Palma de Mallorca es considerada por muchos como la ciudad más descuidada de España, según la OCU. A pesar de ser un destino altamente turístico, ha sido catalogada como una de las menos limpias.
Al pensar en las urbes menos higiénicas del país, es común asociarlas con metrópolis como Madrid o Barcelona, conocidas por su gran tamaño y su continua actividad. No obstante, el informe presentado por la Organización de Consumidores y Usuarios arroja un dato impactante: los propios bewoners de Palma la señalan como el lugar más sucio del territorio nacional.
Esta evaluación, realizada a partir de una encuesta a cerca de 7,000 personas en 69 ciudades, muestra que la capital de las Baleares recibió una puntuación alarmantemente baja de solo 35 sobre 100 en aspectos de limpieza. Los residentes de Palma expresan su descontento por la suciedad acumulada en las calles, la inadecuada atención a la limpieza y la abundancia de grafitis, lo que ha disminuido el atractivo de esta popular ciudad para los que allí residen. Es irónico que un lugar famoso por sus playas y su rico legado cultural lidere la lista de las urbes con peores condiciones de limpieza.
Los datos de la OCU indican que la problemática no radica únicamente en las inversiones económicas dedicadas a la limpieza, sino en la regularidad y calidad de los servicios prestados. A pesar de ser un punto turístico preferido por millones, Palma enfrenta el desafío de mantener sus espacios públicos e infraestructuras en condiciones adecuadas. La encuesta también destaca que otras ciudades relevantes, como Sevilla y Alicante, están entre las peor calificadas, sugiriendo que la limpieza no depende necesariamente del tamaño de la localidad o del flujo de turistas, sino de la eficiencia de la administración municipal. Esto resalta el problema del desecho y la negligencia en áreas menos centrales.
Un aspecto común que influye en cómo se percibe la limpieza, de acuerdo con el análisis de la OCU, es la existencia de heces de perros, residuos alrededor de los cubos de basura y el descuido en los barrios periféricos, un patrón que se observa en varias de las ciudades con peores calificaciones. Si bien metrópolis como Barcelona y Madrid han experimentado descensos significativos en sus evaluaciones en comparación con años pasados, este año Palma ha obtenido el desafortunado reconocimiento de ser la ciudad más sucia de España, una situación que los residentes esperan que mejore con el tiempo.