La situación actual del Icomem plantea serias dudas sobre la gestión y la transparencia, lo que requiere acciones urgentes.

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La reciente elección del doctor Tomás Merina como presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (Icomem) ha puesto de manifiesto una crisis de liderazgo que muchos consideran sin precedentes. ¿Qué está sucediendo realmente en la corporación médica madrileña? El nuevo presidente ha solicitado la intervención de la Comunidad de Madrid y de la Organización Médica Colegial (OMC), denunciando lo que él califica como una “irregularidad democrática”.
Este escenario resalta la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas en organizaciones que representan a profesionales de la salud.
Un llamado a la legalidad y la transparencia
El doctor Merina no ha dudado en alzar su voz.
Ha solicitado formalmente a la Consejería de Presidencia de la Comunidad de Madrid que actúe en defensa de los derechos democráticos de los médicos. En su comunicación, enfatiza que es responsabilidad de la consejería asegurar que los colegios profesionales operen dentro del marco legal. Además, ha hecho un llamado similar a la OMC, recordando su función de supervisar la legalidad de los colegios de médicos. ¿Realmente estamos asegurando que nuestros representantes actúen con la transparencia que merecemos?
Las preocupaciones del doctor Merina surgieron tras la falta de convocatoria de la Asamblea General del Icomem por parte de la Junta Directiva en funciones, liderada por el doctor Manuel Martínez Sellés. Este hecho no solo infringe los estatutos de la organización, sino que también ha creado un ambiente de incertidumbre. Muchos médicos colegiados se sienten excluidos de la información financiera esencial de la institución. Esta situación plantea serias preguntas sobre la gestión del patrimonio colectivo de más de 52.000 médicos en Madrid. ¿Cómo podemos confiar en una dirección que no rinde cuentas?
Un análisis de la situación financiera
Cuando el doctor Martínez-Sellés asumió el cargo en 2020, se encontró con un saldo de 8,2 millones de euros en las arcas del colegio. Sin embargo, un análisis reciente realizado por el equipo del doctor Merina sugiere que la gestión de este patrimonio ha sido “negligente”. Las proyecciones actuales indican que la tesorería podría estar cerca de cero, lo que es alarmante para la comunidad médica. ¿Qué significa esto para el futuro del Icomem y sus miembros?
La falta de rendición de cuentas y la obstrucción a la participación activa de los compromisarios han llevado a muchos médicos a exigir acciones legales. Más de un centenar de colegiados han respaldado las solicitudes de Merina para que la Asesoría Jurídica del Icomem inicie procedimientos contra la Junta Directiva en funciones. Este tipo de acciones no son solo necesarias, sino que son un derecho fundamental para garantizar que los médicos tengan voz en la gestión de su propia organización.
Lecciones para el liderazgo en organizaciones profesionales
La situación en el Icomem ofrece valiosas lecciones para los líderes en cualquier organización profesional. La primera es la importancia de la transparencia y la comunicación abierta. Cualquier líder debe ser consciente de que la falta de información puede llevar a la desconfianza y al descontento entre los miembros de la organización. ¿Estamos realmente escuchando a quienes representamos?
Además, es vital que los líderes mantengan un compromiso firme con la legalidad y los estatutos de la organización. Ignorar estos principios puede tener consecuencias graves, no solo para la estabilidad interna, sino también para la reputación externa. La negativa de la Junta Directiva a convocar asambleas cruciales ha llevado a esta crisis que podría haberse evitado con una mejor gestión.
Por último, es fundamental fomentar un ambiente donde los miembros se sientan empoderados para expresar sus preocupaciones y exigir acciones. La participación activa y el control democrático son esenciales para el éxito y la sostenibilidad de cualquier organización. ¿Estamos dispuestos a luchar por un entorno donde nuestras voces sean escuchadas?
Conclusión
La crisis en el Colegio de Médicos de Madrid es un claro recordatorio de que la transparencia, la rendición de cuentas y el respeto por la legalidad son pilares fundamentales de la buena gobernanza. Los médicos de Madrid están decididos a no rendirse ante una Junta Directiva que ignora sus derechos y su voz. La situación actual no solo afecta a los médicos, sino que también tiene implicaciones para la atención médica en la región. La comunidad médica debe unir fuerzas para garantizar que se restablezcan estos principios, asegurando así un futuro más transparente y democrático. ¿Estamos listos para el cambio?