×

Desafíos del sector hostelero en verano: el impacto de los precios altos

El aumento de precios y la caída del poder adquisitivo generan un verano complicado para la hostelería en España.

El verano siempre ha sido una época dorada para la restauración en España, pero este año las cosas parecen haber tomado un giro inesperado. Las altas temperaturas, los precios elevados y la incertidumbre económica están modificando la experiencia del consumidor.

¿Estamos ante un verdadero cambio de paradigma en el comportamiento del turista y del cliente local?

Los números detrás de la tendencia

Los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE) nos dicen que el gasto medio por persona en ocio y vacaciones ha aumentado un 9,3% en comparación con el año pasado.

A simple vista, esto puede sonar maravilloso, pero si miramos más de cerca, la realidad es mucho más compleja. El aumento en los precios de transporte y alojamiento ha tenido un efecto dominó, reduciendo el presupuesto que las personas destinan a la hostelería. Como resultado, muchos restaurantes están sintiendo la presión con una notable disminución en el número de clientes.

Una encuesta de la Federación de Hostelería de Valencia revela que un alarmante 58% de los establecimientos han visto caer su facturación en julio de 2025 en comparación con el mismo mes del año anterior. Y no solo Valencia está en esta situación; otras regiones como Castellón y Cádiz también reportan descensos en sus ingresos. En Baleares, por ejemplo, se estima que los ingresos han disminuido entre un 8 y un 10%, lo cual es un golpe duro para un sector que depende en gran medida de la afluencia turística.

Casos concretos: éxito y fracaso en la hostelería

He visto demasiados restaurantes cerrar sus puertas en tiempos de crisis. Un ejemplo claro es el Restaurante Turquesa Beach en Cullera, que ha notado una caída considerable en su clientela. Su responsable comenta que, aunque los turistas siguen llegando a la playa, su capacidad de gasto ha disminuido drásticamente, lo que les lleva a elegir comidas más económicas o incluso a no gastar en restaurantes. Este fenómeno se repite en muchos locales, donde el ticket medio se ha reducido debido a la presión económica.

Otro caso interesante es el del Restaurante La Cuina de Karlos Escoto en Gandía, que describe la temporada como “rara y difícil”. Los cambios en los hábitos de consumo son evidentes: ahora, muchos prefieren salir a cenar en lugar de hacerlo al mediodía. Las altas temperaturas y la inflación están remodelando la experiencia gastronómica. La tendencia hacia un consumo más racional también se refleja en las decisiones de compra, donde los clientes optan por compartir platos y seleccionar opciones más asequibles.

Lecciones prácticas para fundadores y gerentes de restaurantes

Para los fundadores y gerentes de restaurantes, la clave está en adaptarse a estos cambios. Primero, es esencial monitorear de cerca el churn rate y el LTV de los clientes. Comprender cómo los cambios en el poder adquisitivo afectan la lealtad del cliente ayudará a ajustar las estrategias de marketing y ventas. En segundo lugar, ajustar la oferta del menú para incluir opciones más asequibles puede atraer a una mayor variedad de comensales sin sacrificar la calidad. Finalmente, diversificar las fuentes de ingreso es crucial; explorar ventas online o servicios de entrega a domicilio puede ser una excelente manera de compensar la caída en la facturación de las comidas en el establecimiento.

Conclusión: Un panorama desafiante pero no insuperable

La restauración en España enfrenta un verano complicado, pero no es insuperable. La situación actual exige un enfoque más analítico y adaptativo por parte de los empresarios del sector. Aunque el clima económico es adverso, siempre hay oportunidades para aquellos dispuestos a innovar y ajustar su modelo de negocio. La clave radica en entender que, aunque el panorama sea incierto, siempre hay espacio para la resiliencia y la creatividad en la hostelería.


Contacto:

Lea También