×

Candida auris: un desafío para la salud pública en Europa

Un análisis de la creciente amenaza de Candida auris en Europa y las lecciones que podemos aprender.

La reciente advertencia del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) sobre la propagación de Candida auris en hospitales europeos plantea una pregunta inquietante: ¿estamos realmente preparados para manejar esta creciente amenaza? Este hongo, resistente a múltiples antifúngicos, ha causado estragos en varios países.

La falta de vigilancia sistemática complica aún más la situación.

Análisis de los números detrás del problema

Entre 2013 y 2023, se notificaron más de 4.000 casos de Candida auris en la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo.

En 2023, se registraron 1.346 nuevos casos en 18 países, un aumento alarmante. Sin embargo, el ECDC advierte que estas cifras son solo “la punta del iceberg”. Muchos países carecen de sistemas de vigilancia adecuados para medir el alcance real del problema. Esta situación es crítica, especialmente en España, donde se han acumulado 1.807 casos en la última década, casi la mitad de los detectados en toda Europa.

Desde el primer brote en 2016 en un hospital de Valencia, el hongo se ha expandido a otras comunidades autónomas, indicando un claro patrón de diseminación. A pesar de la gravedad de la situación, España no cuenta con un sistema nacional de vigilancia obligatorio para Candida auris. Esto sugiere que el número real de casos podría ser significativamente mayor al reportado. Este tipo de subregistro es preocupante y pone de relieve la falta de preparación y respuesta de los sistemas de salud.

Lecciones aprendidas de casos recientes

El caso de España no es único. Otros países como Grecia, Italia y Rumanía han enfrentado situaciones similares, donde la propagación del hongo ha llevado a la endemicidad en un corto periodo de tiempo. La experiencia de estos países muestra que la rapidez con la que Candida auris se establece en los hospitales es alarmante. El tiempo transcurrido desde la detección del primer caso hasta la emergencia de brotes regionales es cada vez más corto.

Expertos como Fernando González Candelas subrayan que la magnitud del problema podría ser mucho mayor. La incompletitud de los datos recopilados es un obstáculo para tomar decisiones informadas sobre el control y la prevención de infecciones. Juan Vicente Mulet Bayona también destaca la resistencia del hongo y su capacidad para causar infecciones graves, lo que añade otra capa de preocupación en entornos críticos como las unidades de cuidados intensivos.

Prácticas recomendadas para mejorar la vigilancia

La detección temprana y la rápida implementación de medidas de control son fundamentales para frenar la expansión de Candida auris. Sin embargo, muchos países europeos aún no han alcanzado un nivel adecuado de preparación. Aunque 29 de los 36 países participantes cuentan con laboratorios de referencia en micología, solo 17 tienen un sistema nacional de vigilancia y apenas nueve han establecido la notificación obligatoria de casos.

La clave para abordar esta crisis radica en la colaboración y la mejora de los sistemas de vigilancia epidemiológica. Invertir en tecnologías de detección temprana y capacitar al personal médico son esenciales para asegurar que los sistemas de salud pública puedan responder de manera efectiva a esta amenaza. Implementar protocolos de control de infecciones más estrictos podría ser la diferencia entre contener un brote o permitir que se expanda incontrolablemente.

En conclusión, la expansión de Candida auris en Europa es un claro recordatorio de la necesidad de estar siempre un paso adelante en la gestión de la salud pública. Los datos de crecimiento de los casos son preocupantes y, sin medidas adecuadas, la contención de este hongo se volverá cada vez más complicada.


Contacto:

Lea También