Analizamos los efectos negativos de los vídeos cortos en nuestra cognición y salud mental.

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En la era digital, los vídeos cortos han conquistado nuestras pantallas y, a menudo, nuestra atención. Pero, ¿somos realmente conscientes de los efectos que este tipo de contenido tiene en nuestra salud mental y cognitiva? Aunque plataformas como TikTok e Instagram Reels son populares por su capacidad de entretener en cuestión de segundos, es crucial examinar cómo este consumo constante de estímulos breves puede estar afectando nuestra memoria, atención y bienestar psicológico.
Jorge Ángel, enfermero y divulgador sanitario, ha alzado la voz sobre estos riesgos, subrayando que detrás de la diversión puede ocultarse una serie de problemas serios.
La trampa de la inmediatez: ¿realmente es inocuo el consumo de vídeos cortos?
La cultura del vídeo corto se basa en la inmediatez y el entretenimiento efímero. Sin embargo, Jorge Ángel señala que este hábito tiene consecuencias que van más allá del simple entretenimiento. “Ver vídeos cortos continuamente afecta negativamente a tu cerebro”, afirma. Al deslizar de un vídeo a otro, el cerebro no tiene tiempo para procesar la información, lo que altera procesos cognitivos fundamentales como la concentración y la memoria.
Un ejemplo claro que ofrece es la comparación entre el aprendizaje durante el año escolar y el periodo de vacaciones. Durante los meses de verano, la falta de estimulación intelectual puede reducir la agilidad mental. “Me costaba mucho menos memorizar en junio que en septiembre”, dice. Al igual que un músculo necesita ejercicio, la memoria requiere una práctica constante para mantenerse activa. La saturación de estímulos breves y cambiantes no solo desentrena la mente, sino que también puede llevar a una disminución en la capacidad de fijar información a largo plazo.
Adicción digital: el ciclo de recompensa en acción
Uno de los efectos más preocupantes del consumo excesivo de vídeos cortos es la creación de patrones adictivos. Cada vez que un usuario ve un vídeo, se activa el circuito de recompensa del cerebro, liberando dopamina y generando una necesidad de consumir más contenido. “Cuando ves un vídeo corto, quieres más y más”, explica Jorge Ángel. Este fenómeno se ve intensificado por los algoritmos que, en su búsqueda por atraer la atención del usuario, ofrecen contenido que se alinea con sus preferencias, creando así un ciclo difícil de romper.
El resultado son sesiones de consumo pasivo que, en ocasiones, se extienden más de lo que uno podría imaginar. “Pasas una hora deslizando vídeos sin darte cuenta”, comenta. Esta pérdida de control sobre el tiempo no solo afecta la productividad, sino que también tiene efectos físicos tangibles, como la fatiga ocular y la interrupción del sueño. Además, la ansiedad de no poder separarse del dispositivo, conocida como nomofobia, se convierte en otro factor que complica aún más la situación.
Lecciones para un consumo más consciente
La advertencia de Jorge Ángel no es solo para los jóvenes; adultos de todas las edades están adoptando este patrón de consumo sin ser conscientes de sus consecuencias. El primer paso para un consumo más saludable es reconocer el impacto que los vídeos cortos tienen en nuestra vida diaria. La clave está en la moderación y en establecer límites claros en el uso de dispositivos digitales.
Además, es esencial fomentar actividades que estimulen la mente, como la lectura o el aprendizaje activo, para contrarrestar los efectos perjudiciales de los vídeos cortos. Al igual que entrenamos nuestro cuerpo, debemos dedicar tiempo a fortalecer nuestra capacidad cognitiva. La práctica de la atención plena (mindfulness) puede ser una herramienta útil para ayudar a reducir la ansiedad asociada con la dependencia digital y mejorar la concentración.
Conclusiones: hacia un consumo digital responsable
Los vídeos cortos pueden ser una forma de entretenimiento atractiva, pero es crucial ser conscientes de sus efectos en nuestra salud mental y cognitiva. La próxima vez que te encuentres deslizando en tu móvil, pregúntate: ¿cuánto tiempo estás dispuesto a dedicar a este consumo y qué efectos podría tener en tu vida? Adoptar un enfoque más consciente y equilibrado puede ser la clave para disfrutar del contenido digital sin comprometer nuestro bienestar.