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Explorando la conexión entre las emociones y el malestar físico

Desentraña el misterio del dolor sin explicación médica.

Para muchas personas, experimentar dolor sin un diagnóstico médico claro puede generar frustración y confusión. Diciamoci la verità: esta realidad fue expuesta por el fisioterapeuta Jesús Serrano durante su intervención en el podcast Comiendo con María. Serrano profundiza en la compleja relación entre la salud emocional y los síntomas físicos, subrayando que el dolor que sienten las personas es muy real, incluso si no se refleja en los exámenes.

Serrano destaca que condiciones como dolor de espalda, bruxismo u otros malestares inexplicables a menudo llevan a los pacientes a cuestionar sus propias experiencias. Pueden temer que su dolor sea simplemente un producto de su imaginación, pero él les asegura que las sensaciones que experimentan son válidas y pueden estar arraigadas en un tumulto emocional.

El papel del estrés en la salud física

Muchos que buscan alivio para sus dolencias suelen desear una solución rápida, como un simple masaje. Sin embargo, Serrano advierte que estas manifestaciones físicas pueden no provenir solo de un problema aislado. Factores emocionales—como el duelo por la pérdida de un ser querido, el estrés laboral o elecciones de vida poco saludables—pueden elevar los niveles de cortisol, causando efectos perjudiciales en la salud.

El enemigo silencioso: el cortisol

Según Serrano, los niveles elevados de cortisol representan una amenaza significativa, pero a menudo pasados por alto en la salud moderna. Él observa que muchos pacientes presentan síntomas como tics musculares, temblores en las extremidades y sensaciones de hormigueo. Durante la reciente pandemia de COVID-19, un aumento en pacientes con síntomas relacionados con el estrés resaltó el impacto de la tensión emocional en esos momentos difíciles.

Cita el trabajo de la psiquiatra y autora Marian Rojas Estapé, quien ha popularizado la conexión entre altos niveles de cortisol y diversos problemas de salud. Serrano recuerda casos de sus escritos, incluyendo una impactante historia de un niño que desarrolló ceguera funcional debido al exceso de cortisol. Los diversos síntomas asociados con estos niveles elevados de estrés pueden ser sorprendentes y variados.

Manifestaciones somáticas del malestar emocional

El estrés, según Serrano, es un adversario formidable que se manifiesta no solo en nuestras mentes, sino también a través de dolencias físicas. Las tensiones familiares, las presiones laborales y los desafíos personales a menudo se traducen en dolor crónico, problemas digestivos y tensión muscular, generando una variedad de quejas físicas.

La conexión intestino-cerebro

Investigaciones científicas recientes han arrojado luz sobre el eje intestino-cerebro, ilustrando cómo nuestros paisajes emocionales influyen en nuestra salud digestiva y viceversa. Serrano señala que frecuentemente observa este fenómeno en su práctica, donde el malestar emocional se traduce en dolor o incomodidad física. Asegura: “Somatizamos mucho a través de dolores y molestias, y es algo que veo regularmente.”

Compartiendo una anécdota personal, Serrano revela que él también ha experimentado síntomas inducidos por el estrés, como parpadeos involuntarios y temblores en las piernas, cuando se siente abrumado por las presiones de la vida diaria y las redes sociales. Estas señales aparentemente menores sirven como recordatorios de cómo nuestros cuerpos reaccionan a la tensión emocional sostenida.

Él enfatiza que es crucial prestar atención a estas señales. Reconocer los problemas subyacentes y aceptar que no todo malestar tiene un origen puramente físico es el primer paso hacia la sanación. Una vez que se admite la tensión emocional, Serrano anima a las personas a adoptar diversas estrategias de afrontamiento, que van desde el apoyo psicológico hasta la mejora de hábitos de vida.

Enfoques integrativos para el tratamiento

En su práctica, Serrano aboga por un enfoque holístico que combine la fisioterapia con el apoyo emocional. Colabora estrechamente con un psicólogo especializado en el manejo del dolor crónico, permitiendo así un plan de tratamiento integral. “Es fantástico abordar estos problemas de forma colaborativa”, destaca, ilustrando la importancia de reconocer cuándo un paciente requiere más que simples ajustes físicos.

Serrano destaca que condiciones como dolor de espalda, bruxismo u otros malestares inexplicables a menudo llevan a los pacientes a cuestionar sus propias experiencias. Pueden temer que su dolor sea simplemente un producto de su imaginación, pero él les asegura que las sensaciones que experimentan son válidas y pueden estar arraigadas en un tumulto emocional.0


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