Un recorrido por la exposición que celebra la riqueza cultural indígena y promueve la sanación de la historia compartida entre España y México.

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El pasado colonial entre España y México ha dejado una huella profunda en la memoria de ambos países, marcada por una historia de injusticias y dolores. En este contexto, el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, subrayó la importancia de reconocer estos hechos en un evento significativo celebrado en el Instituto Cervantes.
Este acto no solo se centra en el reconocimiento del pasado, sino también en la celebración de la cultura indígena a través de la exposición titulada ‘La mitad del mundo. La mujer en el México indígena’.
La exposición, que se presenta en varias sedes de Madrid, incluye más de 400 piezas de arte que reflejan la rica herencia de las comunidades indígenas.
Este evento cultural busca construir puentes entre dos naciones que comparten una historia compleja y que buscan avanzar hacia un futuro de reconciliación.
Reconocimiento de las injusticias del pasado
En su discurso, Albares destacó que la relación entre España y México está llena de claroscuros y que es fundamental reconocer el dolor sufrido por los pueblos originarios. Además, hizo eco de las palabras de la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, quien ha mencionado que pedir perdón por las atrocidades cometidas en el pasado no debilita a los gobiernos, sino que los fortalece, permitiéndoles reconciliarse con su historia.
La búsqueda de perdón y reconocimiento
La petición de disculpas por parte de México, planteada por el ex-presidente Andrés Manuel López Obrador al rey Felipe VI, marcó un hito en las relaciones bilaterales. Aunque la respuesta del gobierno español no fue una disculpa explícita, el acto de inauguración de la exposición se interpretó como un paso significativo hacia la sanación de viejas heridas. La presidenta Sheinbaum celebró este gesto y la importancia de honrar la memoria histórica.
La riqueza cultural de las mujeres indígenas
La exposición ‘La mitad del mundo’ no solo se enfoca en las injusticias del pasado, sino que también resalta el papel crucial de las mujeres indígenas en la historia de México. La curadora, Karina Romero Blanco, ha recopilado 435 piezas que abarcan desde la época olmeca hasta el presente, ofreciendo una visión amplia de la fortaleza y la resistencia de estas comunidades. La exhibición se divide en varias sedes, incluyendo el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y el Museo Arqueológico Nacional, cada una contribuyendo a una narrativa más rica y diversa.
Perspectivas sobre el arte y la resistencia
El arte presentado en esta exposición no solo es un testimonio de la habilidad creativa de las mujeres indígenas, sino también un símbolo de resistencia cultural. Las piezas exhibidas reflejan una profunda conexión con la naturaleza y el cosmos, conservando saberes ancestrales que han sobrevivido a siglos de opresión. Este esfuerzo por preservar la cultura indígena es una forma de recuperar la voz de aquellas que han sido silenciadas a lo largo de la historia.
La importancia de esta exposición radica en su carácter transformador. No se trata únicamente de una muestra artística, sino de un acto de reivindicación que invita a reflexionar sobre la historia compartida, el dolor del colonialismo y la fuerza de las mujeres que han luchado por su reconocimiento. La exhibición es un recordatorio de que, a pesar de las adversidades, las comunidades indígenas continúan contribuyendo a la identidad cultural de México y a su legado.
Un futuro de diálogo y cooperación
El evento en el Instituto Cervantes se convierte así en un símbolo de la voluntad de ambos países por avanzar hacia un futuro de diálogo y cooperación. La participación activa de las instituciones culturales de México y España demuestra que el arte puede ser un vehículo para la comprensión mutua y el respeto. Con el arte como puente, ambos países pueden trabajar en la construcción de relaciones más sólidas y justas.
La exposición ‘La mitad del mundo’ no solo honra la historia de las mujeres indígenas, sino que también abre la puerta a una nueva etapa en las relaciones entre España y México. Al reconocer el pasado, ambos países pueden mirar hacia adelante, hacia un futuro donde prevalezcan la justicia y la equidad.




