Empieza la 3ª etapa de Pekín Express y todo es puro frenesí y tensiones, pues nada más comenzar ya hemos visto que la pareja de gays sigue en crisis: se chilla, se insulta, se pelea… Aunque no son los únicos que fomentan el mal rollo; Carmela se mosquea con su pareja porque tiene la mala costumbre de callarle la boca y quitarla de en medio cuando trata de comunicarse con los chinos; más que nada porque piensa que él sí que sabe cómo relacionarse y hablar con ellos, no como ella, que no sabe chino ni nada.
Por su parte, Miriam y Carla pretenden llegar las primeras a la prueba de inmunidad para tener la tranquilidad de finalizar una etapa sabiendo que continuarán en la siguiente.
Se esforzarán y, al final, casi lo consiguen.
Si hay un concursante que no sabe lo que es competir es Juan Jr.
Al menos, no parece ser su objetivo en Pekín Express, pues anda más preocupado por hacer amigos y que fluya la hermandad entre concursantes que preocuparse por competir y llegar antes que los otros a las metas de carrera.
Por un casual, se topan con la pareja Carles y Silvia y emprenderán la carrera juntos, consiguiendo subirse a un autobús juntos.
Será entonces cuando se encontrarán a los policías de Coslada haciendo autostop e intentando convencer a un coche para que los suba.
Juan Jr, el amigo de la gente, les invita a subirse con ellos pero Fran y Merino optan por subirse al coche, logrando, más tarde, adelantarles y cogerles ventaja.
Este gesto, como se verá, sienta fatal a las 2 parejas del bus y, sobre todo, a Juan Jr, que se siente dolido porque los polis no quieren ser sus amigos.
La meta para luchar por la inmunidad es en el puerto de Wanzhou.
Es de noche y Raquel espera a los concursantes en la entrada; una idea que no parece haber sido muy brillante cuando 2 de las 3 parejas han pasado delante de ella sin ni siquiera percartarse.
Ha sido digno de un gag de Benny Hill, Meritxell y Alazne, Fran y Merino, han llegado al puerto y han pasado delante de las narices de la directora de carrera.
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¡2 veces! Lo dicho, momentazo de partirse de la risa.
Finalmente, las 3 parejas que juegan la inmunidad son: 1º Miriam y Carla, 2º Alazne y Meritxell y 3º Fran y Merino.
Para los demás, es medianoche y suena el busca.
Toca buscar alojamiento mientras las 3 parejas se hospedan en un hotel y, como colofón, les obsequian con un super masaje chino en los pies y los brazos.
Menudo lujazo para ellos, aunque no tanto para la china que ha tenido que masajear los pinreles de uno de los policías: “¡qué olor tan fuerte!”Los 6 concursantes, a la mañana siguiente, tienen otro obsequio más: la ruta será un paseo por el río Yangtsé hasta el punto de la prueba de inmunidad, una lucha que terminará con los policías de Coslada como ganadores de la prueba, aunque por los pelos.
Mientras tanto, la pareja de gays sigue discutiendo, y es que Xavi no da tregua ni recién levantado.
La crisis será tal que hasta se plantearán seriamente el abandonar la carrera.
Son las 19h y se para la carrera, aunque Carmela y Antonio ya habían encontrado habitación previamente; al contrario que las parejas Enrique y Manolo, Carles y Silvia, y los Juanes, que se encuentran perdidos en mitad del bosque.
Al día siguiente, Meritxell y Alazne protagonizarán una de las escenas más ruínes y mezquinas que se han visto en toda la historia de Pekín Express.
Subidas en un autobús que en vez de asientos tenía literas, se topan con Miriam y Carla.
Como hacen siempre, le piden al conductor que siga y que no se pare “go,go,go!”.
Pero él se para y llega Miriam.
Primero Meritxell, que le dice que no saben a dónde están yendo, cuando sabe perfectamente el destino del autobús.
Segundo Alazne, que le dice que ella se ha callado por no crear confusión y “que yo os ayudo” siempre.
Vaya tela la mamá y la hija.
La meta es Ychang, en la presa de las 3 gargantas, y a ella han llegado primeros Carmela y Antonio.
Los últimos han sido la pareja de veteranos, pero no se vuelven a España porque les ha tocado el sobre verde, por primera vez en esta carrera.
Eso sí, en la 4ª etapa tendrán un pequeñito obstáculo: deberán portar un enorme jarrón chino.
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