Por si fuera poca tortura estar nominado y saber que uno o el compañero se va a ir para casa, este año en Supervivientes, los nominados tienen que pasar una prueba que hoy ha incluido segundo salto del helicóptero de la temporada.
Y lo peor: parte de la prueba era conjunta, así que a Reyes le ha tocado ir de la mano de la concursante más insoportable del año para conseguir un premio muy necesario en la isla, que encima uno de ellos no va a poder disfrutar.
Jorge Javier ha arrancado el programa con esa ironía de la que ya hizo gala la semana pasada y le ha preguntado a Reyes: “estás a solas con Aída, ¿Qué te gustaría hacer con ella si nadie te viera?” y el deportista ha contestado en un ataque de sinceridad “la verdad es que nada”.
No es para menos, y es que la ex gran hermana les ha dado una semanita que para qué…Una vez han conseguido la prueba, Aída ha aprovechado para hacer un alegato sobre lo mal que lo ha pasado porque sus compañeros le dan la espalda, aunque Reyes ha asegurado tajante que es una mentirosa, mientras ella le repetía que le parecía mentira que él fuera un deportista de élite.
No conozco a nadie más demagogo que Aída.
Nízar la ha vuelto a liar al decir que Jacobo lo ha amenazado, según ella el hijo del torero le dijo que “porque estaban las cámaras que, si no, le arrancaba la cabeza”, aunque todos sus compañeros lo desmienten categóricamente y aseguran que es ella la que ha agredido físicamente a Kiko al escupirlo, y a Jacobo, al llamarle “maltratador como tu padre”.
En plató, Nacho –el ex gran hermano que lo defiende en plató- y Chayo Mohedano (que defiende a su madre) se han quejado de la violencia verbal con la que tortura a sus familiares Aída.
Jacobo ha tenido de cal y de arena porque aunque lo han acusado de robar comida por detrás de las cámaras (al chico no le gusta el pescado, así que no come nada), luego ha recibido una llamada de su madre para darle ánimos y decirle que se sienten muy orgullosos de él.
Qué poco se esperaba el chaval que iba a tener que escuchar de la boca de Aída que él sentía el apellido de su padre como un lastre, cosa que todos han vuelto a negar.
La imaginación de esta mujer es portentosa…
