Michael Bay tiene una difícil misión con Transformers Dark of the Moon: hacernos olvidar lo espantosamente mala que fue la segunda parte de la saga, La venganza de los caídos (creo que va siendo el momento de reconocer que poner subtítulos a sus películas no es precisamente el punto fuerte de Bay).
Shia Laboeuf, Josh Duhamel y Tyrese Gibson vuelven a encabezar el reparto de una producción que llegará a los cines el 1 de julio con Rosie Huntington-Whiteley como fichaje más mediático a pesar de que entre las novedades del casting nos encontramos a dos grandes como Frances McDormand y John Malkovich.
El aireado despido de Megan Fox y la polémica de la apuesta de Bay por las tres dimensiones (no olvidemos lo mareante que puede ser si combina las 3D con los brevísimos planos a los que no tiene acostumbrados) son algunas polémicas que han desviado la atención del film del nuevo argumento ideado por el temible guionista Ehren Kruger (Scream 3).
La carrera espacial, el temporal levantamiento de los Transformers (buenos) contra los terrícolas y el enfrentamiento con los Decepticons son algunos de los elementos narrativos de una película que, seamos honestos, nadie va a ver por su historia.
Las nuevas imágenes de Transformers 3 confirman que Bay se ha puesto las pilas para ofrecer al público un espectáculo grandioso y vistoso al nivel de la primera entrega, con unos efectos especiales y unas escenas de acción que prometen ser antológicas.
La imagen de los robots destruyendo el rascacielos ya ha conseguido que empiece a dejar atrás una promesa que hice cuando vi la maldita secuela: jamás volver a pisar una sala de cine para ver a los Transformers.
Otra cosa que me ha llamado la atención del nuevo avance es la ausencia de gags estúpidos, uno de los errores que lastraron la secuela hace tres años.
Si algo funcionaba en la película original era su sentido del humor y la carismática interpretación de Laboeuf: si recuperamos eso en Dark side of the moon iremos por el buen camino.
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