Hilary Swank tiene que odiar a Annette Bening.
Es demasiado casualidad que siempre que Bening suena de nuevo para lograr ese ansiado Oscar, la Swank salga del barrizal que es su carrera y se saque de la manga un papel poderoso y melodramático y se le adelante en la carrera por el premio más importante de la industria.
Pasó en 1999 con Boys don’t cry y en 2004 con Million Dollar Baby.
Y todos sabemos cómo acabó todo eso… En el año que la mujer de Warren Beatty suena como firme candidata a la estatuilla por la comedia The kids are all right, Hilary Swank será la gran protagonista del drama basado en hechos reales Conviction, en el que compartirá escena con un robaescenas como Sam Rockwell.
La película, dirigida por el actor y cineasta Tony Goldwyn, se estrena en América el 15 de octubre.
Y atención al papel que encarnará Swank, porque la cosa tiene telita: Convention cuenta la historia de Betty Anne Waters, una camarera que decidió sacarse la carrera de derecho para así poder representar a su hermano, acusado de un crimen que no cometió.
Como véis, es una de esos argumentos ante todo lo que uno puede decir es “¿en serio?”… hasta que viene alguien y te estampa en la cara la a veces temible etiqueta de “basado en hechos reales”.
La película ha sido exhibida estos días en el cada vez más al alza festival de cine de Toronto con críticas buenas, pero no extraordinarias que destacan ante todo el trabajo del reparto, en el que también nos encontramos a Melissa Leo, Peter Gallagher, Clea DuVall, Juliette Lewis y Minnie Driver.
A pesar de que cinematográficamente Conviction pueda ser de lo más discutible, al menos puede convertirse en la película que de por fin la primera candidatura al Oscar al gran Rockwell.
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